26.9.10

L. M., pianista.

Lucas Molfino en su Netlog
Fuente: Google tecleando Lucas Molfino, Músico.
Me da un poco de miedo mirarlo mucho, hasta parecidos somos!!!


Esta semana nuevamente recibí un mensaje preguntando si era Lucas Molfino, el músico de jazz, el pianista. 
Y yo nuevamente respondí que no, que era Lucas Molfino pero no era el músico sino el médico y que no tenía ni una banda de acid jazz, ni un lugar en myspace sino que tenía un blog paupérrimo.

Hay veces que pienso en mi homónimo, pienso que tal vez sería una buena idea llamarlo o googlearlo y arreglar un encuentro y contarnos nuestras vidas, preguntarle si su hijo se llamará Emilio, si su mujer se llama E., si nuestros hijos seguirán con nuestra tradición de llamarse igual y de encontrarse a tomar un café en algún bar de Buenos Aires o de preguntarle que le parecería si intercambiaramos vidas cuando nos cansamos de la nuestras o si al menos podríamos intercambiar profesiones.

Y hay otras veces que también pienso en mi homónimo y creo que es mucho mejor idea no llamarlo y que el mejor plan sería ocultarle mi existencia y sacar el máximo provecho de esta circunstancia de que haya otro Lucas Molfino y espiarlo, espiarlo mucho para tratar de echar un manto de luz sobre algunos de mis actos o sobre mi propia vida. 

La vida de L.M. vivida por L.M. y vista y analizada por otro L.M.

Un L.M. pianista 

24.9.10

19.9.10

Domingo

Ser médico es difícil.
Ver morir es más difícil y hacerles tomar conciencia a tus pacientes de los limites de la ciencia  o lo que es peor aún a los familiares de tus pacientes es más difícil todavía.
De prontro todos mis pacientes son añosos, postrados, llenos de ulceras de decúbito, con familias que no los pueden atender en sus casas y con otros familiares que no están contentos con los geriatricos que la obra social ofrece.

Todos tendríamos que tener bien claro lo que es una buena muerte o al menos como queremos morir o a donde queremos morir nosotros o nuestros seres queridos. Como será morir con dignidad sin que te molesten médicos, enfermeros, terapistas o tus propios familiares peleándose con los médicos.

Creo que estas tres semanas definitivamente no hice todo lo mejor por mis pacientes, sobretodo por los que agonizan.

13.9.10

Lunes

La historia de MSF en la Argentina y un pequeño reportaje que nos hicieron en la "Revista Nueva".
Para variar solamente hay un cuarto de lo que hablamos con la periodista. El título no me gusta nada, nada.

Un amor absoluto


El pasado es la historia de una ruptura amorosa y de las increíbles replicas de este terremoto sentimental en la vida de los dos amantes.

“El tiempo, enemigo clásico de toda persistencia amorosa, parecía en su caso de una benevolencia extraordinaria, a tal punto que sus famosos venenos –erosión, acostumbramiento, el sopor de una familiaridad sin dobles fondos- en contacto con ellos, cambiaban de signo y se volvían remedios, pócimas extrañas que, mezclándose con el amor, lo volvían paciente, sólido, invulnerable.”

Sofía y Rimini rompen y de ahí empieza una increíble cuesta abajo de cocaína, dejadez y onanismo. Se suceden reencuentros, separaciones, nuevas parejas, las cartas locas de Sofía y la total perdida del rumbo por parte de Rímini.

Pauls, escribe bien, por momentos muy bien y hay pasajes verdaderamente deliciosos, hay pasajes reflexivos, psicológicos pero también hay muchos momentos de aburrimiento y a mediados del libro uno desea que pase algo y que no haya tantas frases  largas y aburridas.Pauls escribe bien pero no nos lo tiene recordar todo el tiempo.

Una cosa que no me gusto y directamente salte varias paginas es la historia tangencial de el pintor Riltse, una historia que para mi no termina de encajar.

Mas allá de esos momentos puntuales y algunas paginas de más "El pasado" es una novela apasionada, divertida ambiciosa y muy bien lograda. 

Un libro que vale la pena.

9.9.10

La vida con Emilio, 3

Emilio crece y crece, se mueve y le gusta la música.
El ya eligió su canción de cuna.

7.9.10

Los de abajo

 "...El mundo se ha maravillado con la manera en que los treinta y tres mineros confinados bajo la tierra de San José se han organizado en turnos, han generado una jerarquía de mando, han dispuesto un plan de supervivencia echando mano a los talentos y recursos acumulados a lo largo de una vida de labranza tenaz. Yo confieso, en cambio, no sentir sorpresa alguna. Es así como siempre han resistido y perdurado los trabajadores chilenos frente a los retos más formidables. Es el legado de aquellos que extrajeron el salitre desde el desamparo, aquellos que, en la época en que Baldomero Lillo escribía acerca de los tormentos de los mineros, supieron establecer los primeros sindicatos, los primeros grupos de lectura, los primeros periódicos de la clase obrera. Esas lecciones de unidad y fortaleza y orden y, sí, astucia, se pasaron de padre a hijo a nieto, lo que todo hombre precisaba saber si había que superar los desastres que lo esperaban en un mundo inmisericorde..."

Ariel Dorfman contextualiza el desastre de la mina y nos cuenta como  los mineros se han estado preparando toda su vida para enfrentar el desafío de varios meses bajo tierra. O tal vez hasta aventurar que es una batalla que vienen librando desde antes de que nacieran.

El resto acá.