UNO. Uno de los componentes más importantes del proyecto en el cual me encuentro trabajando es la divulgación de información, el brindar charlas educativas, la realización de actividades sociales con los pacientes con el firme objetivo de prevenir el contagio de la enfermedad , combatir la discriminación y el estigma que supone por estas tierras padecer el virus del HIV. Una de estas actividades tuvo lugar la semana pasada y consistió en la realización de una pequeña fiesta infantil en el patio del hospital en la cual se desarrollaron algunos numeritos musicales, se cantaron canciones, se bailó y hasta un compañero se disfrazo de payaso para divertirse con los chicos. Había un montón de gente entre pequeñitos pacientes seropositivos, madres y curiosos.
DOS. La transmisión materno infantil del virus HIV puede ocurrir durante el embarazo, el parto o el amamantamiento. Este es extremadamente importante para la transmisión de virus en los países en vías de desarrollo y básicamente lo que muestran los números es que la gran mayoría de estos niños muere antes de los dos años de no mediar un diagnostico y un tratamiento adecuado.
TRES. Los caminos del destino son impredecibles, algunos creerán que los grandes acontecimientos de nuestras vida pueden estar en cierta forma marcados y otros creerán que el destino lo hace uno mismo, pero estamos todos de acuerdo que en cualquiera de los dos caminos el final es difícil de divisar, tal vez alguno lo puede intuir y al mismo tiempo también podríamos intuir algo de la vida y el final de todos esos chicos que estaban en la fiestita, esos chicos en el que el solo hecho de nacer los condeno a sufrir el HIV y tuberculosis pero también podríamos tratar de decir para justificarnos que a pesar de todo, todos nacemos con una cierta buena estrella ya que una existencia marcada por el sufrimiento es mucho más valiosa que la nada, que la oscuridad total.
CUATRO. No quiero elaborar ninguna peligrosa tesis nihilista ni argumentar en estas líneas que el sufrimiento de la niñez es la principal demostración de un mundo sin Dios sino solo contarles que después de la fiestita recordé el dialogo cuando Iván Karamazov le recuerda a su buen hermano Aliosha que la vejación de la infancia es la señal característica de una vida que carece de divinidad justa y benévola.
CINCO. Estoy leyendo el párrafo anterior y me doy cuenta que me gustaría escribir un pensamiento más elaborado que diga o que justifique que tal vez si estamos para algo, que venimos con algún fin, tanto los que sufren más y los que sufren menos y al mismo tiempo pienso que se puede prevenir la transmisión del virus de madre a hijo tan solo con educación y unos simples comprimidos y me doy cuenta que no quiero pensar más. Menos mal que este fin de semana hay fútbol, Zambia y Zimbawue definen un torneo regional.
Este fin de semana quiero vivir sin darme cuenta.
27.7.08
25.7.08
Semana 4 en Zambia
Lunes. Atravesé la meseta que une Kapiri Mposhi con Lusaka por la tarde. Durante el viaje pensé si esa meseta africana podría limpiarme de inquietudes y tratar de calmar, aunque sea un poco, las ansiedades que surgieron en mí al momento de enterarme que debía revalidar mi diploma de médico en la universidad Nacional de Zambia a través de una serie de entrevistas y exámenes. Exploro la pequeña biblioteca de la casa en donde me alojo y encuentro un libro del serbio Danilo Kis llamado "Una tumba para Boris Davidovich". Siete relatos increíbles que muestran el destino común de revolucionarios, agentes secretos, idealistas víctimas y verdugos en una época marcada por el fanatismo y la intolerancia. Libro atemporal. Me duermo tarde y pienso en Boris Davidovich.
Martes. Temprano me dirijo al campus de la universidad ya que la primera entrevista será la Facultad de Sociales. Me entrevista un Profesor de Lengua y Literatura para certificar que soy capaz de comunicarme en un inglés fluido con el resto del ambiente laboral y especialmente con los pacientes. Me pregunta como es Buenos Aires y nombra a Borges. Por la tarde me encuentro absolutamente solo en un gran auditorio en el Hospital Universitario de Lusaka. Llegan dos personas, un hindú se presenta como Profesor titular de algo y el otro se presenta como especialista en HIV/SIDA. Hablamos de mi formación y me hacen algunas preguntas técnicas. Piden ver mis papeles y certificados. Me dan una carta para presentar al Colegio Médico. A la salida pienso que ninguno de los pacientes que veo a diario habla ingles, todos hablan bemba.
Miércoles. Viajo con mi jefe a la ciudad de Kabwe ya que fuimos invitados al planning anual de actividades y presupuesto del Ministerio de Salud de la región en la cual trabajamos. Escucho las presentaciones y los debates que van surgiendo. Se habla de malaria y de los muertos por la malaria, alguien protesta que se reparten mosquiteras y la gente las usa para pescar en los pantanos. Pienso si algunos de los que estamos en esa reunión alguna vez trato de dormir con la panza vacía. Se habla de mortalidad en general y alguien protesta que es difícil reportar la mortalidad ya que la gran mayoría de los decesos carecen de documentos y los certificados de defunción no existen.
Básicamente cualquiera entierra a cualquiera en cualquier lado.
Jueves. Paso la tarde en el Hospital de kapiri. Ayer dieron de alta a F. M. Pienso que tal vez no había que hacerse tantas preguntas y solo dejar que ella aproveche su oportunidad mientras yo trato de recordar su cara. No hay muerte en Kapiri Mposhi esta semana.
Martes. Temprano me dirijo al campus de la universidad ya que la primera entrevista será la Facultad de Sociales. Me entrevista un Profesor de Lengua y Literatura para certificar que soy capaz de comunicarme en un inglés fluido con el resto del ambiente laboral y especialmente con los pacientes. Me pregunta como es Buenos Aires y nombra a Borges. Por la tarde me encuentro absolutamente solo en un gran auditorio en el Hospital Universitario de Lusaka. Llegan dos personas, un hindú se presenta como Profesor titular de algo y el otro se presenta como especialista en HIV/SIDA. Hablamos de mi formación y me hacen algunas preguntas técnicas. Piden ver mis papeles y certificados. Me dan una carta para presentar al Colegio Médico. A la salida pienso que ninguno de los pacientes que veo a diario habla ingles, todos hablan bemba.
Miércoles. Viajo con mi jefe a la ciudad de Kabwe ya que fuimos invitados al planning anual de actividades y presupuesto del Ministerio de Salud de la región en la cual trabajamos. Escucho las presentaciones y los debates que van surgiendo. Se habla de malaria y de los muertos por la malaria, alguien protesta que se reparten mosquiteras y la gente las usa para pescar en los pantanos. Pienso si algunos de los que estamos en esa reunión alguna vez trato de dormir con la panza vacía. Se habla de mortalidad en general y alguien protesta que es difícil reportar la mortalidad ya que la gran mayoría de los decesos carecen de documentos y los certificados de defunción no existen.
Básicamente cualquiera entierra a cualquiera en cualquier lado.
Jueves. Paso la tarde en el Hospital de kapiri. Ayer dieron de alta a F. M. Pienso que tal vez no había que hacerse tantas preguntas y solo dejar que ella aproveche su oportunidad mientras yo trato de recordar su cara. No hay muerte en Kapiri Mposhi esta semana.
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19.7.08
Viernes
Mañana en el hospital. Sala de mujeres.
F. M., 42 años. HIV positiva desde hace varios años en tratamiento antiretroviral.
Admitida desde hace varios días por desnutrición severa, Tuberculosis pulmonar y el examen físico rebela una masa abdominal -¿Tumor abdominal?-. F. se niega a tomar la leche especialmente preparada para malnutridos pero al menos toma las drogas. Llora.
¿Acaso se ha rendido? ¿Quiere morir? ¿Quiere algo verdaderamente? ¿Cuál es la pregunta que hay que formularse frente a ella? ¿A qué se reduce todo en este tipo de situaciones? Creo que la respuesta es no, yo creo que F. no quiere morirse. Me repregunto - De infectarse nuevamente, de saber que sus linfocitos serán destruidos rápidamente por un retrovirus que por estas latitudes la condenará de por vida. Ella, se trataría de asegurar una salvación. si o no?
F. tiene el mismo nombre que la pintora mexicana. La pintora uso el arte para salvarse y combatir su dolor. El arte como forma de redencion.
F. M., 42 años. HIV positiva desde hace varios años en tratamiento antiretroviral.
Admitida desde hace varios días por desnutrición severa, Tuberculosis pulmonar y el examen físico rebela una masa abdominal -¿Tumor abdominal?-. F. se niega a tomar la leche especialmente preparada para malnutridos pero al menos toma las drogas. Llora.
¿Acaso se ha rendido? ¿Quiere morir? ¿Quiere algo verdaderamente? ¿Cuál es la pregunta que hay que formularse frente a ella? ¿A qué se reduce todo en este tipo de situaciones? Creo que la respuesta es no, yo creo que F. no quiere morirse. Me repregunto - De infectarse nuevamente, de saber que sus linfocitos serán destruidos rápidamente por un retrovirus que por estas latitudes la condenará de por vida. Ella, se trataría de asegurar una salvación. si o no?
F. tiene el mismo nombre que la pintora mexicana. La pintora uso el arte para salvarse y combatir su dolor. El arte como forma de redencion.
17.7.08
Miercoles
Ni un rayo de sol en el cielo todavía.
Ni una brizna de aire y hasta diría que ningún espíritu aliado.
Café y tostadas y también algunas dudas de cómo organizar mi día. Hoy viajamos a uno de los centros de salud más distantes de Kapiri Mposhi. Partimos con dirección hacia donde el resplandor del sol enceguece. Primero un viaje por un tramo de ruta hasta un pequeño caserío. Allí terminan los caminos transitables y recorremos los kilómetros que nos faltan a paso de hombre. Llegamos a Kampumba; algunas pequeñas casas, un almacén que vende baratijas. Pero- lo vemos desde la loma- un enorme árbol de mango resplandece a lo lejos, lozano, con su siempre follaje verde indicándonos que estamos en la dirección correcta. Si por estos lugares uno ve un árbol gigantesco desde lejos puede dirigirse con confianza hacia esa dirección, seguramente encontrará un maestro dando clase, algunos pequeños jugando, algún anciano arreglando su bicicleta o tal vez solo gente conversando y a la izquierda del árbol vemos el centro de salud, blanco, añoso y con las ventanas desvencijadas. Muchos pacientes, poco personal, dificultades con el idioma, hoy es el día que consultan las embarazadas, escucho la charla de educación sexual en bemba, no entiendo nada, pero comprendo que la mayoría quiere hacerse el test del HIV, de todas las intervenciones que hacemos con respecto al tratamiento del HIV, el diagnostico y el tratamiento de las embarazas es, a mi parecer, la de más alto impacto ya que se puede prevenir la transmisión al bebé y permite a un niño crecer sano y fuerte a pesar de tener ambos padres positivos. A media mañana más luz, más color y también algunas madres seropositivas. No hay gritos, no hay llantos tal vez haya algo de desolación.
No veo nada ante mí…desconozco si hay esperanza pero lo dudo seriamente, me pregunto si después de recibir una noticia de esta magnitud y tener que pensar como llenar la panza esta gente creerá que todo se termina o simplemente pensará como empezar de nuevo, como iniciar algo. ¿un comienzo o un balance? Nada responde mis preguntas. Veo un mosquito. Levanto la vista y veo un anuncio del Ministerio de Salud de Zambia promoviendo la lucha contra la malaria que dice algo mas o menos así ¨ I am a winner. I sleep under a mosquito net¨
A veces me asombro conmigo mismo.
Ni una brizna de aire y hasta diría que ningún espíritu aliado.
Café y tostadas y también algunas dudas de cómo organizar mi día. Hoy viajamos a uno de los centros de salud más distantes de Kapiri Mposhi. Partimos con dirección hacia donde el resplandor del sol enceguece. Primero un viaje por un tramo de ruta hasta un pequeño caserío. Allí terminan los caminos transitables y recorremos los kilómetros que nos faltan a paso de hombre. Llegamos a Kampumba; algunas pequeñas casas, un almacén que vende baratijas. Pero- lo vemos desde la loma- un enorme árbol de mango resplandece a lo lejos, lozano, con su siempre follaje verde indicándonos que estamos en la dirección correcta. Si por estos lugares uno ve un árbol gigantesco desde lejos puede dirigirse con confianza hacia esa dirección, seguramente encontrará un maestro dando clase, algunos pequeños jugando, algún anciano arreglando su bicicleta o tal vez solo gente conversando y a la izquierda del árbol vemos el centro de salud, blanco, añoso y con las ventanas desvencijadas. Muchos pacientes, poco personal, dificultades con el idioma, hoy es el día que consultan las embarazadas, escucho la charla de educación sexual en bemba, no entiendo nada, pero comprendo que la mayoría quiere hacerse el test del HIV, de todas las intervenciones que hacemos con respecto al tratamiento del HIV, el diagnostico y el tratamiento de las embarazas es, a mi parecer, la de más alto impacto ya que se puede prevenir la transmisión al bebé y permite a un niño crecer sano y fuerte a pesar de tener ambos padres positivos. A media mañana más luz, más color y también algunas madres seropositivas. No hay gritos, no hay llantos tal vez haya algo de desolación.
No veo nada ante mí…desconozco si hay esperanza pero lo dudo seriamente, me pregunto si después de recibir una noticia de esta magnitud y tener que pensar como llenar la panza esta gente creerá que todo se termina o simplemente pensará como empezar de nuevo, como iniciar algo. ¿un comienzo o un balance? Nada responde mis preguntas. Veo un mosquito. Levanto la vista y veo un anuncio del Ministerio de Salud de Zambia promoviendo la lucha contra la malaria que dice algo mas o menos así ¨ I am a winner. I sleep under a mosquito net¨
A veces me asombro conmigo mismo.
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14.7.08
Elefantologo?
Un elefante en el Zambezi, picture by me.
Si desde chiquito hubiera sabido todo lo que ahora sé de los elefantes (su sensibilidad y gentileza, su lealtad, sus costumbres familiares y, por sobretodo, su extraordinaria inteligencia) no dudo que de tener que elegir profesión nuevamente sería elefantologo.
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Lostpedia
Para los que creemos que la vida es esa cosa que transcurre entre una temporada de Lost y otra hay una buena nueva de la cual me enteré a traves del Moleskine Literario y es que los autores de Lost han abierto un Club de Lectores para discutir, compartir y seguir las referencias literarias que se han hecho a lo largo de la serie. Aquí la carta de bienvenida:
"Over the first four seasons of LOST we've managed to incorporate more than 40 books into the show. For the first time, we've catalogued a list of books available in audio form that relate in some way to LOST. Some are being read by our characters, such as Sawyer, or are just sitting on shelves in episodes of the show; others connect with various themes of the series. We hope you'll join our informal Lost Book Club. To paraphrase one of our heroes, Stephen King, to be a writer one must first be a reader. We find ourselves constantly striving for even a small measure of the accomplishment of what all these authors have achieved in their books. Pick up any of them and experience the richness of storytelling, character, and theme, and then allow your imagination to connect all that back into our show.We can't promise you any of these books will lead you to answers about LOST, but we can promise you'll be enriched for having read them.Enjoy! And fall through the rabbit hole with us!"
Entre los libros a los que se han referido en la serie encontramos algunos muy obvios y otros sorprendentes: En el camino, de Jack Kerouac; A través del espejo, de Lewis Carroll; La invención de Morel, de Bioy Casares; Valis, de Philip Dick; Matadero 5, de Kurt Vonnegut; Carrie, de Stephen King; Historia de dos ciudades, de Charles Dickens; Luz en la oscuridad, de Vladímir Nabokov; Bajo el sol, de Agatha Christie; Catch 22 de Joseph Keller; Blueberd, Charles Perrault; El tercer policía, de Flann O´Brien; Otra vuelta de tuerca, de Henry James; El señor de las moscas, de Willian Golding; Harry Potter, de JK Rowling; Los hermanos Karamazov, de Fedor Dostoievski; Isla de Aldous Huxley y por supuesto, El Corazón de las tinieblas de Jospeh Conrad.
Hablando de Conrad el lunes pasado volviendo de Lusaka conocí una de las dos librerias que tiene la ciudad y por puñado de Kwachas conseguí Lord Jim y The Great Gatsby de Scott Fitzgerald y pude confirmar, una vez más, que las pequeñas cosas hacen que las grandes resulten soportables.
Hablando de Conrad el lunes pasado volviendo de Lusaka conocí una de las dos librerias que tiene la ciudad y por puñado de Kwachas conseguí Lord Jim y The Great Gatsby de Scott Fitzgerald y pude confirmar, una vez más, que las pequeñas cosas hacen que las grandes resulten soportables.
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9.7.08
8.7.08
Casa de citas
¿Quieres saber quién eres? No preguntes. Actúa. La acción te definirá y determinará. Por tus acciones lo sabrás. Pero tienes que actuar como ¨yo¨, como individuo, porque solo puedes estar seguro de tus propias necesidades, aficiones, pasiones y exigencias. Solo una acción directa es un verdadero escape del caos, es autocreación. El resto ¿ acaso no es retórica, cumplimiento de esquemas, bagatela, mamarrachada?
Diario argentino.
Witold Gombrowicz.
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4.7.08
Viernes
Viernes.
Temprano en el hospital, hago la recorrida habitual saludando gente y viendo que todos estén en su lugar. Agarro algunas fichas y empiezo a ver algunos pacientes.
Estampas de una vida difícil. Vida africana. Algunos protestan y otros se lamentan, no entiendo lo que dicen, solo distingo una tenacidad en sus miradas que me resulta difícil entender de donde viene. Pienso que todos mas o menos hoy me dijeron lo mismo, que se vive lo que trae el día y se come lo que se puede. Por acá nadie mira a futuro, nadie mira alrededor, solo se miran sus pies y como sobrevivir. Una existencia concreta.
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3.7.08
Kapiri Distric Hospital
La ONG para la cual trabajo se encuentra en Zambia desde el año 2001, durante los primeros años la intervención básicamente se focalizó en atención primaria para la salud con especial énfasis en salud reproductiva y el manejo y la prevención de enfermedades de transmisión sexual. A partir del año 2004 el enfoque del proyecto cambio hacia el tratamiento y cuidado de personas infectadas con el virus HIV/SIDA. El proyecto esta basado en la ciudad de Kapiri M poshi, una ciudad chiquita que se encuentra estratégicamente ubicada junto al camino y el ferrocarril que une Lusaka y las ciudades productoras de cobre del norte del país, Tanzania, Malawi y la Republica Democrática del Congo, producto de esta posición central y transitada, la ciudad es susceptible a la prostitución y al abuso de drogas/alcohol, resultando en una alta incidencia de enfermedades de transmisión sexual dentro de las cuales se incluye el HIV/SIDA. La tasa de incidencia del HIV en Zambia es del 17% y se calcula que en Kapiri la tasa rondaría el 25% ( una de las cuatro personas que están caminado en este momento frente al hospital tiene HIV/SIDA).
Trabajamos junto al ministerio de salud en el Hospital de Kapiri y en los últimos años el proyecto se empezó a descentralizar y se pudo llevar la posibilidad de diagnostico y tratamiento del HIV/SIDA a pequeños centros rurales de salud y al día de hoy son más de 7000 los pacientes diagnosticados de HIV/SIDA y alrededor de 4000 los pacientes que se encuentran con tratamiento antiretroviral. Como en tantos otros países africanos, la habitantes de Zambia consultan a los curanderos locales y las farmacias ilegales antes de llegar al hospital ya que los enfermos de HIV/SIDA son estigmatizados por el resto de la sociedad y a veces hasta por ellos mismos, lo que dificulta y retrasa el diagnostico y el tratamiento.
Trabajamos junto al ministerio de salud en el Hospital de Kapiri y en los últimos años el proyecto se empezó a descentralizar y se pudo llevar la posibilidad de diagnostico y tratamiento del HIV/SIDA a pequeños centros rurales de salud y al día de hoy son más de 7000 los pacientes diagnosticados de HIV/SIDA y alrededor de 4000 los pacientes que se encuentran con tratamiento antiretroviral. Como en tantos otros países africanos, la habitantes de Zambia consultan a los curanderos locales y las farmacias ilegales antes de llegar al hospital ya que los enfermos de HIV/SIDA son estigmatizados por el resto de la sociedad y a veces hasta por ellos mismos, lo que dificulta y retrasa el diagnostico y el tratamiento.
En Zambia hay más de 1.800.000 personas infectadas con HIV.
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