Lunes. Atravesé la meseta que une Kapiri Mposhi con Lusaka por la tarde. Durante el viaje pensé si esa meseta africana podría limpiarme de inquietudes y tratar de calmar, aunque sea un poco, las ansiedades que surgieron en mí al momento de enterarme que debía revalidar mi diploma de médico en la universidad Nacional de Zambia a través de una serie de entrevistas y exámenes. Exploro la pequeña biblioteca de la casa en donde me alojo y encuentro un libro del serbio Danilo Kis llamado "Una tumba para Boris Davidovich". Siete relatos increíbles que muestran el destino común de revolucionarios, agentes secretos, idealistas víctimas y verdugos en una época marcada por el fanatismo y la intolerancia. Libro atemporal. Me duermo tarde y pienso en Boris Davidovich.
Martes. Temprano me dirijo al campus de la universidad ya que la primera entrevista será la Facultad de Sociales. Me entrevista un Profesor de Lengua y Literatura para certificar que soy capaz de comunicarme en un inglés fluido con el resto del ambiente laboral y especialmente con los pacientes. Me pregunta como es Buenos Aires y nombra a Borges. Por la tarde me encuentro absolutamente solo en un gran auditorio en el Hospital Universitario de Lusaka. Llegan dos personas, un hindú se presenta como Profesor titular de algo y el otro se presenta como especialista en HIV/SIDA. Hablamos de mi formación y me hacen algunas preguntas técnicas. Piden ver mis papeles y certificados. Me dan una carta para presentar al Colegio Médico. A la salida pienso que ninguno de los pacientes que veo a diario habla ingles, todos hablan bemba.
Miércoles. Viajo con mi jefe a la ciudad de Kabwe ya que fuimos invitados al planning anual de actividades y presupuesto del Ministerio de Salud de la región en la cual trabajamos. Escucho las presentaciones y los debates que van surgiendo. Se habla de malaria y de los muertos por la malaria, alguien protesta que se reparten mosquiteras y la gente las usa para pescar en los pantanos. Pienso si algunos de los que estamos en esa reunión alguna vez trato de dormir con la panza vacía. Se habla de mortalidad en general y alguien protesta que es difícil reportar la mortalidad ya que la gran mayoría de los decesos carecen de documentos y los certificados de defunción no existen.
Básicamente cualquiera entierra a cualquiera en cualquier lado.
Jueves. Paso la tarde en el Hospital de kapiri. Ayer dieron de alta a F. M. Pienso que tal vez no había que hacerse tantas preguntas y solo dejar que ella aproveche su oportunidad mientras yo trato de recordar su cara. No hay muerte en Kapiri Mposhi esta semana.