Llueve desde hace un par de días en Tucumán.
Para templar aún más mi carácter este domingo por la tarde lluvioso decidí ir a ver el partido de Boca a un bar. En el entretiempo escucho a los parroquianos comentar las ultimas novedades del crimen de un joven de 40 años que tiene en vilo a la sociedad tucumana, estas incluyen la detención de un tal Jorge Luis Borges y su mujer como presuntos autores materiales del hecho.
Este Borges, lejos del otro, no se sometió ni imagino un duelo de compadres a puro facón sino que solo le puso dos tiros, lo envolvió en una lona y trató de prenderlo fuego dentro del auto pero olvido dejar algunas las ventanas bajas y el fuego se extinguió rápidamente. Tal vez este Borges también combatía como podía la oscuridad y mientras combatía comenzó a comprender. Comprendió que un destino no es mejor que otro, pero que todo hombre debe acatar el que lleva adentro.
Parafraseando a JC (Cortazar, no Falcioni) en algún lugar de este oscuro mundo deben estar todas las explicaciones de este mundo.
Así las cosas, así los domingos (por la tarde)