UNO. Hace unos días que estoy en Europa y si bien el tema dominante en todos lados es la crisis económica uno de los temas que sale en cada charla de café, en los periódicos y la tele es el caso de la familia Englaro, Eluana Englaro estaba viviendo en estado vegetativo desde 1992 y murió mientras el parlamento debatía contrareloj una ley para mantenerla viva. La cosa esta muy jodida ya que este caso fracturo Italia y sus instituciones.
DOS. El espíritu de libertad y un increíble ejemplo cívico de una familia heroica, quienes siguieron todos los ordenes establecidos por la ley durante 11 años, pudieron vencer al innombrable de Berlusconi y a todo el Vaticano quienes ofrecieron, una vez más, un claro ejemplo del desprecio por la vida humana que hay en los círculos de poder. Del Vaticano nada nos puede sorprender ya que todos conocemos sus increíbles postulados acerca de la lucha contra el SIDA, los distintos programas de fertilización asistida o de planificación familiar y una vez más dejan en claro que el sufrimiento de las personas les importa poco cuando se cuestionan sus dogmas. La púrpura papal hace estragos y a veces me da vergüenza.
TRES. De Berlusconi no hay mucho que agregar, salvo tratar de entender un poquito mas la milagrosa transformación del mundano, facineroso, corrupto, bromista profesional en cuanto se refiere a mujeres y inmigrantes que ha visto la luz estos días. De un día para otro es el más acérrimo defensor de la vida y se le ocurre poner en riesgo toda la estructura jurídica y constitucional de un país.
CUATRO. Gracias a Dios Eluana murió mientras Berlusconi libraba una batalla personal contra la constitución de su país y el Vaticano trataba de imponer sus valores morales a un estado laico. Todo esto no fue mas que un nuevo ejemplo de cinismo y abuso de poder. Palabras aparte para las estupideces que hacemos los médicos a veces tratando de crear situaciones que no existen en la naturaleza. La vida es vida y la muerte es la muerte. No hay vida sin capacidad de decidir, de sentir o de entender. Una vida así puede ser mucho peor que la muerte y alguna vez ojala que entendamos que la vida, esto es una opinión estrictamente personal, no es el valor supremo sino que ese valor supremo es lo que hicimos con esa vida.
CINCO. No puedo dejar de escribir por los miles de personas que mueren diariamente olvidados en África, miles de personas que son capaces de sentir, amar, razonar, entender y que mueren sin razón producto de la falta de medios, de medicamentos, de agua y de comida. Es una lastima que instituciones como el Vaticano o los gobiernos del primer mundo no pongan el mismo énfasis en combatir este tipo de situaciones o de detener los numerosos conflictos armados que hay en el mundo.