Por estos días Maradona fue sancionado por la FIFA por los exabruptos después del partido con Uruguay y al mismo tiempo leía en Moleskine literario que aparentemente Maradona es un entrenador que maneja una intertextualidad con los clásicos latinos que da miedo y deja chiquito a los oportunistas periodistas de turno. Aparentemente la famosa frase que gritó a los periodistas luego del triunfo sobre Uruguay, que clasificó con miedo a Argentina al Mundial Sudáfrica 2010, es una cita textual de Cayo Salustio Crispo. Ni más ni menos. Dice la nota -crípticamente titulada "A Maradona le tirás un libro y te lo devuelve redondo" - en Crítica Digital:
Si bien [...] Maradona mantiene un silencio piadoso alrededor del tema, parecería ser que el Diego leyó al historiador romano Cayo Salustio Crispo. La sospecha nace de la relectura de un texto de este discípulo del griego Tucídides. Se trata de Bellum Caesarium (Las Guerras del César) donde el siempre puntilloso Cayo Salustio Crispo describe los desencuentros de Julio César con el senado romano. En uno de los momentos culminantes de esta obra histórica, Gayo Salustio muestra a un Julio César exultante tras la victoria sobre Vercingetorix en las Galias. Mirando hacia el sur, el César declama: “Los del Senado, que la sigan chupando”. Cayo Salustio nada dice de la respuesta senatorial aunque es posible suponer que las palabras del César no cayeron muy bien. Obviamente, Maradona intentó hacer un paralelismo de carácter intertextual con el líder romano que los periodistas deportivos no supieron o no quisieron captar en su habitual desinterés por los textos clásicos del período latino. Lo dicho: “Continuatum chupandus est”.
Hasta acá todo bien pero aparentemente el diez va por mas, el Profe Signorini, uno de sus ayudantes también lleva la costumbre de los libros a los futbolistas de la Selección. “Es un aporte, un poco para que algunos dejen la PlayStation. Y además intento meterles una basurita en el ojo”, explica el preparador físico. A Carlos Tevez le regaló Las fuerzas morales, obra emblemática de José Ingenieros. Días después, en Ezeiza, se alegró al verlo llevar el libro con él. Porque no sólo de fútbol se habla en esas largas charlas de concentraciones. Una noche, Signorini se trenzó en una discusión sobre la existencia de Dios con Gabriel Heinze y Javier Mascherano. Fueron horas en las que el profe, como lo llaman todos, les habló de su ateísmo, las injusticias de este mundo, la hipocresía de la Iglesia. –Eso es cosa de los hombres, fueron ellos los que hicieron el daño –intentó Heinze, en defensa de Dios. No hubo caso. Signorini insistió pero se hizo tarde. A los pocos días, Heinze y Mascherano tenían algo para leer: Por qué no soy cristiano, de Bertrand Russell, que de Jesús y el Infierno escribió: “Ninguna persona que sea profundamente humana puede creer en un castigo eterno”. Imagino estas discusiones entre los muchachos y la verdad es que no me gustaría contradecir al gringo Heinze en cuestiones teologicas, a la mínima de cambio te va una patada a los dientes...
Para terminar una buena convergencia del Diez.
Maradona vs. Belgium (June 13, 1982)
Unknown Man vs. Red China (June 5, 1989)