Hoy pase la tarde en el Pompidou frente a las mas grandes obras del arte moderno y una vez mas tuve que enfrentarme a mis propios prejuicios. Sin lugar a dudas el mejor momento del día fue el encontrarme cara a cara con la Fountain firmada por "R. Mutt" con la que Marcel Duchamp se transformo en uno de los mayores iconos del arte moderno y me acorde lo que escribí hace unos anos cuando trabajaba en los campos de refugiados del norte de Uganda.
...."La historia del arte es lo que queda de una época en un museo. Pero en el fondo no es obligatoriamente lo mejor que había en esa época y en el fondo se trata sólo de la expresión de mediocridad "....
Probablemente ningún artista ha influido tanto en el arte de nuestros días tanto como Marcel Duchamp. De hecho, el señor es un mito dentro de los territorios del arte y la Fuente un sencillo urinal de porcelana es como la pieza clave de toda la transformación del arte del siglo XX.La obra fue expuesta por primera vez en el Salón de Artistas Independientes de 1917 en Nueva York. La exhibición neoyorkina pretendía ser una muestra de arte que mostrara lo más novedoso y vanguardista de principios de siglo XX. Sólo una condición era necesaria para participar en la mentada exhibición, pagar $ 6.00 Dlls.. Duchamp los pagaría y entró en la exhibición bajo un pseudónimo.
La pregunta que probablemente nos estemos haciendo es ¿cómo se salió con la suya?Ahora, sí consideramos una de las premisas fundamentales del arte que dice nada es por accidente, con Duchamp es más que cierta. Entonces nos enfrentamos ante un tipo de obra totalmente diferente, un objeto que va mucho más allá de la destrucción propuesta por los dadaístas.La obra no puede ser evaluada desde sus cualidades de forma, tampoco podemos evaluarla desde el punto de vista de la técnica, ya que Duchamp ni siquiera supervisó su construcción, ni escogió el color, ni el modelo, nada de nada, sólo llama a la tienda y pide un mingitorio.La cuestión va por otro lado. El espectador normal, incluyendo también al espectador siglo XXI con su mirada posmoderna y abierta del mundo globalizado, que igual ve al Gran hermano emocionado, llora cuando cazadores despiadados matan focas en el ártico en el Animal Planet o que considera a Canal A como el canal cultural por excelencia, éste también encuentra en la obra trasgresiones a sus convencionalismos tradicionales y casi lo podemos oír gritando un sonoro ¿What?
La pieza así expuesta representa todo un desafío, por lo que el punctum de la obra está en la actitud de Duchamp, no en la forma, de hecho no se necesita el mentado urinal para hablar de la obra, uno puede fácilmente imaginarlo o visitar el baño de hombres más cercano. Obviamente, la obra no es visualmente atractiva pero sí es intelectualmente artística y provocadora.
La obra es una provocación continua desde la primera vez que fue expuesta en 1917 por escasos dos días y la provocación ha trascendido hasta nuestros días. Irrita sobremanera a la tradición cristiano - humanista que siempre ha querido encasillar lo que es arte. Con esta obra se plantean preguntas importantes en la producción del arte: ¿Quién realmente tiene el criterio para determinar lo que es arte? y ¿cómo se determina lo que es arte?.
Lo que están viendo no es mas ni menos que mi contribución al arte moderno, no lo evalué desde el punto de vista técnico, solamente lo que yo hice fue concurrir a mi lugar de trabajo y preguntar que es ese armatoste blanco parado al lado de la consulta a lo me respondieron, "la ambulancia , por supuesto" a lo cual agregaron, eso sí, debe venir el familiar con la bicicleta porque este centro de salud no tiene movilidad propia.
Después de pensar un largo rato en Duchamp, la bicicleta que tienen que traer los familiares, la ambulancia y como transformar el arte moderno del siglo XXI se me ocurrió compartir con ustedes lo novedoso, vanguardista, intelectualmente artístico y provocador que puede ser trabajar de médico en áfrica.