El miércoles 5 de septiembre fue un día extraño en Maputo, fue un día frío, gris y
lluvioso, tanta lluvia que la gente en la oficina
discutía la posibilidad de que la temporada de lluvias llegara antes este año. De
repente, esa llamada telefónica de mis viejos en la Argentina, una
llamada telefónica en un tiempo y el espacio inusual. Los que vivimos lejos de los seres queridos sabemos que llamadas
como ésta sólo te dicen una sola cosa, dicen que algo pasó en casa y que lo tenés que saber cuanto antes.
Me las arreglo para llamar a E., me cuenta que ya estaba en el hospital con contracciones y que el plan consistía en retrasar por lo menos durante 48 hs el parto con el objetivo de ganar tiempo para ayudar a madurar un poco más los pulmones del bebé, a pesar de sus ganas Ulises no estaba listo para salir. Miles de preguntas pasaban como rafagas ¿Qué carajo hago ahora? ¿Cómo organizo todos mis pendientes? ¿Por donde empiezo a organizar el laburto? Gracias a la ayuda y el apoyo de los compañeros de trabajo logramos tener un pasaje de avión para el día siguiente y establecer un plan de trabajo que incluiría skype, emials y llamados telefónicos entre Maputo y Buenos Aires.
A
veces, solo a veces, soy un hombre afortunado y en el aeropuerto tuve la suerte de tener un up-grade a la
clase ejecutiva ya que el vuelo Maputo-Johannesburgo estaba sobrevendido, un par de gin tonic, las canciones de David Bowie y ese tipo de peliculas malas que todo el mundo sólo ve en un avión me ayudaron a pasar el tiempo. En Brasil, 10 horas más tarde volví a hablar con E. y todo estaba más o menos bajo control, las contracciones estaban inhibidas y el tiempo estaba todavía de mi lado.
Ulises u Odiseo, como mi amigo Dimitris me ensenó a pronunciar en griego, finalmente se decidió a esperarme, por supuesto, cómo no iba a esperar a su padre? Si el Ulises original tardó más de 20 años para volver a Itaca para ver Penélope después de la guerra de Troya como nuestro Ulises no iba a esperar un par de horas a su padre para que vuelva a casa desde Moçambique?
Ulises, nuestro segundo hijo, finalmente nació a las 4:46 de la mañana del sábado 8 de septiembre, bien de madrugada, el parto fue fantástico y el bebé era pequeño, muy pequeño y finalmente nuestro momento, los tres juntos después de todo este caos ... ahora Ulises pasará un par de días largos en neonatología para ganar un poco de peso y como el legendario héroe griego, tendrá que empezar a luchar duro desde muy temprano en este mundo, un lugar hermoso, pero a veces, sólo a veces, lleno de tristeza.