5.9.08

Viernes

El tiempo fresco ya va cediendo al calor, y el sol desde temprano dispara sus rayos y todo es luz y brillo, mucho brillo. Llego temprano al hospital. Todavía hay poca gente en los pasillos y en los patios. Me mandan a llamar desde el patio del hospital, dicen que es urgente. Tengo que ser honesto conmigo mismo y confesarles que por un instante pensé en no ir, porque, a veces uno corre el riesgo de llegar cuando todavía se puede hacer algo para evitar esa muerte y acá generalmente no hay mucho por hacer. Entonces uno quiere salir y escapar pero al salir te encontras con la madre o tal vez el padre en la penumbra de un pasillo y sentís esas miradas que sin decir nada dicen tanto y uno tiene que decir algo como: Era anciano, estaba muy enfermo, no tenía cura, sufría mucho más de lo que imaginamos y además es un buque que llegó a buen puerto dejando hijos y nietos que lo acompañaron hasta el último aliento. Murió en paz. Pero acá la realidad vuelve a ser es distinta y uno a veces tiene que darse vuelta para no gritarle a esa madre o a ese padre que no es normal que entierren a dos o tres de sus hijos, que murió de una enfermedad que tenía cura y que a esta altura nadie se tendría que morir de malaria o tuberculosis. Pero nada de todo esto que pensé paso y el llamado era para certificar una muerte por lo que todos mis pensamientos acerca de si la ética médica es la misma en el Aula Magna de una Facultad de Medicina, en un país africano o en el cielo quedarán para más adelante. Los familiares me miran, siento sus ojos que me empujan hasta el cadáver envuelto en frazadas que esta recostado sobre un colchón envuelto todavía en nylon de fabrica. El muerto, las frazadas y el colchón a su vez descansan sobre unas tablas que conforman una especie de carro tirado por dos vacas. Todo es raro, el aire esta pesado y el muerto huele, seguramente pasaron muchos horas o incluso me atrevo a pensar que uno o dos días. Los familiares me cuentan que vienen de lejos y que necesitan el certificado para que la pequeña morgue municipal les acepte el cuerpo y de esa forma darle un poco más de tiempo al resto de los familiares para llegar al funeral. La muerte será el fin de todo o solo el principio de algo ¿Lo que sigue será tan miserable como esto?. Me trepo al carro y alguien me ayuda a desatar los nudos de la frazada y observo unos ojos negros bien abiertos, que creo que fue por donde se escapó la poca vida que le quedaba, la boca también esta abierta. Hay olor. Pregunto que paso y si era paciente del hospital. Responden que estaba enfermo y que entre una cosa y la otra se dejo pasar el tiempo. Hablan de problemas de dinero. Después de comprobar algunas cosas escribí algo como ¨…pupils fully dilated, no pulse, no heart beat, no breath sounds: certified dead…¨ Les entregue una copia del papel y guarde una para los registros del hospital. Un adolescente con un palo castiga a los animales, los cuales resoplan y reculan pero el carro se pone en marcha. Todavía falta mucho para la morgue y el resto de los familiares saltan al carro. El muerto ya no nos mira , alguien lo volvió a cubrir con las frazadas. El finado tenía treinta y dos años y ahora tambalea en el carro. Creo que todos pensamos en determinado momento en todo el dolor que hay en este mundo, en como nos puede sacudir a todos en un instante. Pero no pensamos muy a menudo, de eso estoy seguro. Definitivamente la vida no esta hecha para que le resulte fácil a nadie. De eso creo que también estoy seguro.