Estoy de vuelta en Kapiri Mposhi.
En el pueblo reina el silencio. El sol ilumina mi cara y me muestra que los frondosos arboles de mango de las polvorientas calles del pueblo ya tienen sus frutos maduros. Tengo calor y tras varios días de vacaciones ya tengo cierta sensación de energía corriendo por mis venas. Tengo ganas de escribir acerca de mis vacaciones, de las cataratas Victoria, de cómo fue nuestro viaje en tren por mas de 2000 kilómetros cruzando toda el África meridional desde Kapiri a Dar es Salaam pero acabo de leer el Sunday Post de Lusaka y la realidad supera la ficción. Pero ¿Cuál es la realidad?. La nota se titula “Inside Zimbabwe” y el cronista cuenta como llego a la estación de autobuses de Harare y en el baño se encontró un cartel que pregonaba “ Toilet paper only to be used in this toilet: No newspaper, No zimbabwean dollars” No hay nada de malo en que los responsables de la higiene del baño adviertan a la gente de acerca del uso de los sanitarios pero de ahí a que pidan por pavor que no se limpien el culo con billetes de curso legal en el país es algo extraño, o mas bien es una muestra del estado actual del país. El cronista cuenta además que en las calles de la ciudad hay billetes tirados por todos lados y que nadie se molesta en levantarlos. El gobierno calcula la inflación de agosto en 231.000.000 % pero los organismos internacionales la calculan en 2.79 quintillones %. Según wikipedia un quintillon tiene 18 ceros. A mediados de octubre el billete mas grande era de Z$. 100.000.000.000, pero gracias al Presidente Mugabe a finales de octubre se introdujeron los nuevos billetes a los que les recortaron 10 ceros de y ahora la gente se limpia el culo con los billetes viejos. La nota también cuenta que los empleados estatales no cobran hace meses, los hospitales no tienen insumos y hasta la propia UNICEF declaro que el año escolar 2008 esta perdido, solo funcionan algunas escuelas privadas pero la cuota se cobra en litros de combustible, vacas o cabras.
¿Esta es la realidad?, pienso si esta es la verdadera realidad, casi banal y asombrosa pero al mismo tiempo un folletín, un pasquín, una crónica económica y un giro divertido en el relato. ¿Qué paso en Zimbabwe? ¿Como se puede destruir un país de una forma tan irracional y contra todo pronostico? Habrá que creer en el sacrificio de los pueblos o lo que esta pasando en el mundo es a causa de la voluntad de un puñado de locos perversos y despiadados? Evidentemente la inercia de las masas ante este tipo de situaciones es difícil de explicar y es un fenómeno bastante complejo pero también es cierto que una estructura, un grupo de personas y unos pocos regímenes autoritarios acompañados de un fuerte aparato represivo pueden imponer su voluntad por un largo tiempo a miles de personas. Tampoco quiero menospreciar a la realidad pero me vuelvo a preguntar que es la realidad.
Así las realidades, así las cosas.