24.5.09

Kampuchea (/kæmpuːˈtʃiːə/)

Elegí Phnom Penh.

El primer email hablaba de cierta posibilidad de trabajar en los Kibus, Congo o en el delta del Níger, en Nigeria. Después también dijeron Camboya y me hablaron de un proyecto de tuberculosis multiresistente y un hospital en Phnom Penh con un gran numero de pacientes con HIV/SIDA. Camboya es un país ignoto en el fondo del sudeste de Asia. Quince días después estas comiendo Lok Lak Tok con una exquisita salsa de lima en las afueras del hospital. Camboya dejo de ser una posibilidad, es una realidad y Phnom Penh es una ciudad maravillosa coronada por el Mekong donde tal vez pueda hacer algunas de las cosas que quiero, ver muchos pacientes y tratar de empezar a vivir una vida más o menos normal con E.

Otras comidas, otros idiomas, otra religión, otras costumbres y la misma tuberculosis y el mismo HIV, esta vez en vez de malaria hay dengue, mucho dengue. Muchos cuentan historias, yo pregunto, escucho y pienso que tal vez este puede ser un buen momento para empezar a escribir en serio, hablan de Pol Pot y del genocidio. Hablan del año cero y como la ciudad se vació ya que todos fueron obligados a ir a trabajar a los arrozales, hablan del hambre y también hablan de los tribunales internacionales que comienzan estos días a juzgar a los genocidas.

Este semana estuvimos trabajando en el hospital de Kampong Chang, recorrida de sala en el pabellón de tuberculosos y de pronto gritos, alaridos que provienen de los obreros involucrados en la construcción del nuevo pabellón del hospital. Tres minas antipersonales fueron encontradas mientras cavaban los cimientos. Se para todo y mientras el capataz llama a una ONG que recoja los artefactos los albañiles toman agua bajo un frondoso arbol de mango. ¿Una sorpresa esperada o repetida?. Desactivados los artefactos todos vuelven al trabajo, pienso que tantos años de terror no desaparecen en poco tiempo, y en Kampong Chang o en casi toda Camboya, el futuro sigue estando más allá.

Hace mucho calor, por supuesto.