29.7.10

Jueves

Robert Mapplethorpe, self portrait


Se acabo el gordismo .

Y se acabo de una manera bastante antinatural, con el Diego leyendo una carta señalando traidores, mentirosos y hablándonos del tocuen. Cuesta creerles a los unos y a los otros pero por inexplicables razones ya comentadas miles de veces en este espacio el gordismo contacta con las fibras mas intimas de nuestro corazón y por eso vamos a estar siempre de su lado, aunque nos mienta y se contradiga a cada momento.

Al calor de la estufa y el brillo del televisor les recomiendo que se den una vuelta para ver las fotos de Robert Mapplethorpe en el Malba. Uno que verdaderamente hubiera estado en contra del del conservadurismo del gordismo.

25.7.10

Domingo


UNO.
Tarde o temprano me iba a suceder.
Tarde de domingo de lluvia en un bar donde el wifi es lento, el café malo y donde en las mesas circundantes se observan varios suplementos de espectáculos de Clarín con Ricardo Fort en tapa.
Es cierto, hay cosas peores pero este en mi blog, es domingo y me quejo de lo que quiero.

DOS.
Tachado de los pendientes la elección del Obstetra de E., la prepaga, ver algunos amigos y la actualización del CV. Encontramos departamento y lo que nos termino de convencer fue que la dueña nos dejaba los muebles, una colección de discos de vinilo y todos sus libros.

TRES.
En la feria de libros usados, después de años de búsqueda finalmente encontré Ferdydurke, de Witold Grombowicz. Después les cuento.

20.7.10

Martes

Es casi medianoche.
Por momentos me parece que oscuras y frías nubes de irrealidad me rodean y me pregunto si la necesidad de actualizar mi currículum, de buscar un trabajo, de pagarle dos meses de comisión al de la inmobiliaria es algo que verdaderamente me ocurre o si estoy metido en algún tipo de cuento fantástico.

18.7.10

Visca España

Se nos fue el mundial y como desde hace 20 años seguimos con la "nata contra el vidrio" viendo como los demás festejan. Perdimos en nuestra ley, creyéndonos que somos un pueblo divino que esta condenado al éxito, que Dios es argentino y que podemos llegar a ser campeones del mundo sin laburar ni siquiera un poquito.

Mundial devaluado, falto de milagros y donde lo mejor de todo, aparte del pulpo, fueron los intercambios epistolares y las paredes entre Martín Caparros y Juan Villorio en el blog de Letras libres.

En palabras del propio Caparros "...El Mundial es una amante, una locura de verano, una de esas historias que te hacen pensar que si la vida fuera así sería maravillosa y que ojalá no sea. Consigue que la salvajería feliz no dure noventa minutos sino treinta días; no es poco, y es casi demasiado. Uno de los grandes méritos del Mundial es que, a diferencia de casi todo lo demás, acaba cuando debe..."

O cuando le tira un pase a Villorio

"...Hoy los argentinos no sólo perdimos un partido. Me hablas de románticos alemanes y nigrománticos vieneses, pero esta noche quien me susurra las palabras al oído es el viejo sifilítico: que Dios ha muerto, que Él es humano más que humano, y que llegamos al crepúsculo de los ídolos. Dios ha muerto esta tarde en una pantalla de televisión –que es donde pasan esas cosas. Los argentinos, que siempre nos jactamos de ser la avanzada del ateísmo sudaca, elegimos creer –pese a las evidencias– en un dios menor, o mayor, o por lo menos de mucha carne y algún hueso.

El ateísmo de los argentinos se termina en el fútbol: ante él, todos somos religiosos de alguna religión privada, la que nos hace creer que una plegaria, un apretón de testículo izquierdo, un cruzarse los dedos, una camisa verde, van a influir en un evento lejano, planetario: van a hacer que un cuero inflado se desvíe los diez centímetros necesarios para escaparse del olvido y convertirse en un video repetible de aquí a la eternidad. El azar –ese imprevisto de los diez centímetros– es la base del fútbol; por eso nos resulta fácil confundir sus causas, creer que nuestras magias pueden ser una de ellas. Y por eso elegimos creer que todas esas magias podían resolverse en ese dios menor. Pero nunca pensamos que Maradona, como el dios de Russell, podría crear una piedra que no sería capaz de levantar.

Así que esta tarde nos quedamos sin dios. Uno a cero es la duda, dos a cero la tentación agnóstica, tres a cero la quema de los santos, cuatro a cero la muerte del dios. Un dios, como todos, discutido, amado, odiado, pero dios al fin. Al fútbol argentino le llegó la hora de enfrentar el mundo, los males, los empates, las pequeñas muertes peloteras sin la esperanza de la divinidad. No va a ser fácil –habrá más penas, habrá más olvidos– pero puede ser mucho mejor. Quizás, entonces, alguna vez hagamos un equipo. O quizás no.."

Villorio le devuelve la pelota igual o mejor. Ojala que publiquen el libro pronto.

Otro que tambien hizo de las suyas fue el gran Kaspar House, que se manifesto en contra de la Iniciativa Dalma.

"...Ayer, en la final del mundo, el espíritu de Johan Cruyff reinó y se llevó el título. El fin nunca justifica los medios, como quieren los abanderados de la real politik. Hay que formar a los jugadores desde la inferiores, educarlos, hacerlos generosos, intrépidos y con un gran respeto por el adversario, sin el que no somos nada. Diego Maradona fue un jugador descomunal. Un rebelde táctico bendecido por un don. Los jugadores del porvenir deberían aprender eso de él. El maradonismo, en cambio, la alternativa Dalma, es un estado conservador –aunque a muchos librepensadores les parezca la encarnación de Charles Bukowski–, la perpetua repetición del error conceptual más doloroso para una persona: creer que el destino nos debe algo, que encarnamos el ser universal, que somos el pueblo elegido, la raza pura, los condecorados por Alá, puro merchandising barato y de corta duración, pero que suele costar sangre, sudor y lágrimas.."

Casas publica sus post futboleros en el blog Mal elemento y es donde habitualmente hace su descarga contra el gordismo y sus seguidores, repito lo de Casas contra el gordo no es de hoy pero el post de la derrota de Argentina fue especialmente virulento...

Muchos se preguntaban por qué la gente fue a Ezeiza a aplaudir a la Selección en su regreso. Es que no todos saben que es una costumbre argentina aplaudir cuando hay un niño perdido en la playa. El plantel del Gordismo, que hasta hace poco se imaginaba en la final del Mundial, de golpe tomó la aerolínea Oceanic e irrumpió con los pies para adelante en un bonus track de Lost.

Estaba perdido Heinze, que ahora va a tener que practicar sus muecas tribales en el espejo del botiquín del baño, estaban perdidos los dos patovas de la UOM que aconsejaban a Maradona en cónclave como si el fútbol fuera un arte complejísimo, estaba perdida la Brujita Verón, que se tuvo que bancar más de un mes encerrado en una habitación con un niño dormido y encima se quedó afuera del partido con Alemania. Y estaba perdido Tévez, el jugador del pueblo, porque el pueblo es algo que, como el crimen, no paga. En realidad, en nuestro país mediático, el pueblo mutó en "la gente". Porque desde los festejos del Bicentenario en adelante, empezó a ganar cuerpo un concepto nuevo que se podría denominar como "la gente". Kirchner y los demás políticos de la oposición -que lo marcan en zona y lo suelen perder en los corners- parece que se mueven siguiendo lo que dice "la gente".

Macri manda a hacer encuestas para ver cómo está el humor de "la gente". Durante los festejos que paralizaron la 9 de Julio e inflamaron la gola con tanto himno nacional a capella, parece que "la gente" dio ejemplos de concordia a seguir. "La gente", analizan los sociólogos y consultores, mostró que nuestro país está cansado de la política de la confrontación. Tomemos nota. Los que se encargan de la publicidad, tampoco anduvieron con trazos finos: "santen el himno como nadie lo puede cantar", "llenemos los bares y festejemos".

Los símiles de la retórica del combate estuvieron a la orden del día: "Once guerreros", "Héroes", "Diego es como el Che". Pero lo cierto es que Guevara no sólo no se hubiera tatuado a Maradona, sino que también, de tenerlo en sus filas, con lo poco afecto que era al consumo de estupefacientes, lo hubiera fusilado. Para el doctor Guevara Lynch, la revolución no era un sueño eterno. De manera que la cantinela chauvinista de nuestro país, donde vive "la gente", se dio de bruces con un equipo dinámico que era dirigido por alguien más parecido a un curador del Malba que a un DT de fútbol. Lo que hay que reconocerle a Maradona y a su equipo técnico (incluído el cerebro de Ruggeri) es el aporte táctico nunca visto de jugar sin mediocampo. Es decir, lograr el efecto gravitacional de hacer desaparecer a los jugadores del medio y tratar de no jugar con laterales que marquen y ataquen. Algo así como pasar al fútbol el Experimento Filadelfia que practicó en secreto el ejército de los Estados Unidos cuando se puso a jugar con la antimateria. Bien, siamo fuori.

La pregunta es si para el próximo Mundial vamos a tener que construirle de nuevo a Messi la cajita feliz. Maradona eligió festejarle el cumpleaños sólo a él -aunque, como protestó Tévez, también había cumplido años Pastore-. Le pusieron un jugador de autoayuda en su pieza, para que lo oriente -Verón- y hasta llevaron a un defensor malísimo -Garcé- para que Lio lo pudiera eludir sin parar en los entrenamientos y fortalecer su autoestima.

La consigna era rodear a Messi para que estuviera contento y explotara. Hace muchos años los padres porteños solían llevar a sus hijos -o hacerlos llevar por un amigo- a debutar con una prostituta. Esta costumbre generó ciertos traumas. Por suerte, otras generaciones pudieron elegir cu{ando y con quién tener sexo. No se le puede imponer la banda de capitán a alguien que no quiere serlo. Por un lado, se le dice que es nuestro preferido, pero sólo en el nivel de la representación, porque en la cancha se lo sanciona sacándole a los jugadores de buen pie con los que Messi, sin dudas, quiere jugar.

No hay nada que hacer, el único que podía parar a Messi era Maradona. Por eso quiso ser el técnico de un Mundial que parecía hecho para encumbrar al delantero del Barcelona. Mientras de la boca para afuera lo sostenía, en la cancha le fue sacando todos los soldaditos con los que Messi prefería jugar: el Kun, Verón, Pastore...

El Gordismo, se sabe, se retroalimenta tanto en la derrota como en la victoria. Maradona, como el Terminator malo de la segunda parte de la saga, puede quedar derretido en el suelo y , en segundos, materializarse de nuevo. Tiene muchas vidas, ya lo sabemos. Y ahora está apoyado con el siga siga del Gobierno y el programa cómico 678. Hasta que Messi no se plante y se lo saque de encima, no hay posibilidad de buen final, al menos para el jugador rosarino. El poder es adictivo. Nadie quiere irse de ahí.

15.7.10

Jueves


La mañana en casa, la felicidad del mate amargo y los rayos de sol que me acarician la cara y me dicen que hoy la Argentina es un país un poquito mejor, un poquito mas justo. Un formidable progreso de una serie de tareas siempre interminable.

11.7.10

Asuntos de familia

Por Tomas Abraham en Perfil

La familia se hace y no sólo nace. Las relaciones de sangre son una cosa y la familia es otra. Es posible construir una familia en la que haya amor con personas que se heredan por lazos de sangre, o que el afecto familiar se establezca con quienes nos encontramos, más allá de los linajes, en la vida. Como también es posible vivir un infierno de intrigas y traiciones en ambos casos. De lo que nadie se salva hoy en día es que, si se quiere vivir acompañado por algo que se llama “familia”, es decir padres, hijos, hermanos, debe hacerla, conseguirla, con la sangre y el genoma si el azar permite tal bendición, o fabricarla sin el auxilio del ADN. Esto implica que una relación familiar exige libertad de elección, responsabilidad, compromiso, dedicación; es decir: amor. Y en estos casos, no hay herencia de amor.


Este conjunto de actitudes no son monopolio de padres naturales sino de aquellos que han decidido dedicar una parte de sus vidas a otros. Tampoco es exclusivo de una pareja inicial de personas de diferente sexo porque una familia va más allá de la relación de género. Nada hay de natural en una familia. No somos animales, somos seres humanos con base animal y mente cultural.

La homosexualidad no es cultural, es natural. Basta ver a los animales. Pero la homosexualidad humana sí tiene un agregado cultural, toda la historia de la humanidad es una prueba de esta diversidad de aficiones sexuales. La cultura clásica, que es una de las columnas vertebrales de la historia de Occidente, se basaba en los placeres y no en el género. Griegos y romanos eran guerreros y buenos amantes marciales. Siglos de cristianismo conventual es testimonio de los amores entre frailes mucho antes de los actuales escándalos de pedofilia monacal.


Más allá de lo que se vote en el Congreso sobre el casamiento homosexual o la unión civil, o ninguna de las dos, los argumentos que esgrimen los que están en contra del casamiento entre personas del mismo sexo son fruto de la ignorancia más supina. Hablan de Dios o de la naturaleza como si fueran productos de góndola. “Dios dice”, “ la naturaleza es”, estas verdades fraguadas por esta especie de profetas supersticiosos abundan por suerte algo menos que antes. La naturaleza humana no “es” ni Dios “nos dice” nada. Si quieren que el litigio conyugal sobre géneros sea un problema de fe, allá ellos, cada uno puede practicar los sortilegios que más le gusta en su casa o en una asociación con o sin fines de lucro, pero el Estado está separado de las iglesias y los derechos son humanos y no divinos.


Escuchar en programas de televisión que hay quienes están preocupados por la posibilidad de que a la salida del colegio, el hijo le pregunte a “daddy” por qué Gustavito tiene dos papás, o que se espanten ante el hecho de que en la casa de un matrimonio gay Pedrito le diga al señor Raúl “mamá”, nos da claros indicios del nivel cultural de los que llevan esta cruzada en nombre de Dios y del cosmos.

El filósofo Michel Foucault, que era homosexual, ante una pregunta sobre su aparente indiferencia ante los movimientos de liberación gay, dijo que, en realidad, la legalización de matrimonio de personas del mismo sexo nada cambiaba en lo esencial. No negaba que mejorara la situación legal de muchas personas, pero no ponía en tela de juicio una de las verdades de nuestra cultura por la que se devela la identidad de una persona por su elección sexual.
El día, decía, en que una persona ya no sea apreciada o despreciada por la elección de su vida sexual, cuando se cuestione esa supuesta evidencia que cataloga a la gente por el uso que hace de sus placeres, y que nos sea indiferente para valorar al prójimo saber con quién se acuesta y con quién comparte su deseo sexual, entonces sí, algo habrá cambiado en la percepción social.
El filósofo francés dedicó varios libros y estudios para mostrar que en un momento dado en Occidente se desarrolló una “ciencia sexualis” que tomó a su cargo la misión de auscultar las profundidades de la persona humana estudiando su sexualidad, desde Juan Casiano a Sigmund Freud. “Dime con quién copulas y te diré quién eres.” Este mandamiento todavía está sellado en la conciencia moral de nuestros contemporáneos, y resiste al cambio acudiendo ya no a argumentos sino a una especie de advertencias catastróficas que parecen poner en peligro a la vida en general.


Nos alertan que si el matrimonio gay se legaliza corre peligro la continuación de la especie, como si todos los varones y mujeres estuviéramos esperando la sanción de las leyes para acoplarnos a un semejante sexual.

No es fácil deshacerse de este tipo de fantasmas anales. El fanatismo es hijo del terror. Generaciones atrás, cuando una “divorciada” iba a buscar a su hijo a la escuela, despertaba toda clase de fantasías. Las maestras eran compasivas con el pobrecito inocente en estado de abandono, mientras los papás miraban a la señora con lujuria. Los tiempos cambian, el fantasma permanece.
Valdría la pena estar atentos a las posiciones que adoptarán los grupos políticos en este debate. No estoy de acuerdo con quienes afirman que a muy pocos les interesa la cuestión porque el único problema que merece debatirse es la desigualdad en la distribución de la riqueza. Como si éste de las familias no fuera un problema social. Que sea minoritario no lo hace menos importante. Una democracia no sólo se define por la voluntad de mayorías sino por los derechos de minorías. Además, creer que el funcionamiento del Consejo de la Magistratura a nadie le interesa, ni lo de las coimas en Venezuela, ni lo de las mafias de los medicamentos, ni nada de lo que a algún cronista oficialista le parezca importante y conveniente, no exime que la oposición nos muestre por su lado los valores que defiende más allá de su declamado republicanismo.

A nadie se le ocurre que el matrimonio presidencial comparta principios de libertad de costumbres porque ya ha demostrado desde que es gobierno que, si a algo poca atención le prestan, es a principios. Todo es poder para ellos. Y el poder no tiene justificativo, es una vocación. Hay gente así, quiere poder. Se vuelve loca con el poder, no para cambiar el mundo, sino por poder. El poder es intransitivo, como la locura. Pero la oposición con sus Duhaldes, los Macris, los Narváez, los Aguad, Mestres, Carrió y otros podrán creer en Dios y el Diablo, más bien en el Diablo, pero algún día deberán ajustar sus ideas de la familia, al menos con menos hipocresía.

Es comprensible que haya quienes proponen hacer las cosas de a poco. Tan o más importantes que las leyes son las costumbres, y tanto peso como tienen las ideologías, lo comparten las idiosincrasias. No es aconsejable que en un país con aspiraciones de clase media se quiera instaurar una patria socialista a punta de fusil, ni que en una cultura con raíces puritanas y machistas se barran con una ley tradiciones aún acendradas. También es cierto que las sociedades no modifican sus valores de un modo espontáneo y que en la madre patria, España, con costumbres similares a las nuestras durante siglos, con la legalización del matrimonio gay, la gente se sigue reproduciendo y a los Pepes y a los Manolos nadie les dice “mamá”.

10.7.10

Diferentes


Este blog banca al matrimonio entre personas del mismo sexo.

4.7.10

Domingo

Faltan casi cinco minutos para la medianoche y en la televisión uno de los tantos grupos de periodistas y ex jugadores que pululan de programa en programa siguen tratando de racionalizar los porque de la abultada derrota del sábado. No convencen y la gran mayoría de ellos dan asco por su oportunismo y por lo carroñeros que son. Tevez lo definió a la perfección apenas terminado el partido “¿Qué vas a analizar de un cuatro a cero?”, dijo. “Es el fútbol, así es el fútbol.”

En la edición del pasado viernes en Pagina 12 Horacio Gonzalez comienza su columna diciendo "El fútbol resiste bien su conversión en mercancía. Su planetarización compulsiva no axfisia su enigmática sustancia lúdica" y como en todas la notas de Gonzalez hay que leerlas dos veces para entenderlas pero el concepto esta bien claro, a pesar de todo los que nos quieran vendar o hacer creer el fútbol sigue siendo una pelota de cuero perseguida por 22 tipos y millones de personas que lo ven por television tratando de escapar de sus frustraciones cotidianas.

A este Mundial le falta brillo, sorpresa, atrevimiento, le faltan héroes a los que después les podamos poner a Valeria Lynch como música de fondo. Algo de Messi, el penal del loco Abreu y despues toda el atrevimiento queda para las propagandas de zapatillas y gaseosas. Las notas simpáticas el “va te faire enculer, fils de pute de Anelka para con su entrenador, el chino Garce tirando chistes con y cantándole el feliz cumpleaños a Messi y la eterna duda de todos los periodistas extranjeras de que si el beso de Maradona a sus jugadores tenia mas que ver con lo mitológico o con el tango.

Y además de toda esta tristeza de domingo, ahora tengo que buscar casa y trabajo.