Hoy no me quedan fuerzas para combatir el calor y el cansancio. No hay salida, el trópico lo fecunda todo en exceso, con exageración, si uno quiere penetrar en los rincones mas recónditos o salirse de las rutas trilladas debe estar preparado para pagar el precio de su osadía con algo, en este caso la salud, pero creo que lo mismo sucede con cualquier otra pasión que conlleva riesgos.
Así es como estan dadas las circunstancias, pero reconozco que hoy es uno de esos días que me gustaría realizar un viaje en forma paradójica, llegar a áfrica y desaparecer en hoteles que brindan todo tipo de confort y que te permiter seguir conectado al mundo occidental en cierta forma.
El blanco sabe disminuídas sus fuerzas en el trópico, te sentis débil y desamparado, somos de un blanco casi nauseabundo, una piel de cera expuesta a este sol!!! y por ende, el sudor que lo empapa todo, la cabeza, la remera empapada todo el tiempo, la panza, la espalda, el culo, es como si estarías debajo de una canilla que permanentemente esta abierta de la que cae un liquido tibio que despide un olor intenso y persisitente. El sudor.
-¡ Oh! veo que usted suda mucho, señor.
-Sí, pero sudar mucho es muy sano. En el trópico sudar es señal de buena salud. El que suda soporta mejor este clima, no se agota tanto. Pero señora, es algo natural el sudar, no hay nada vergonzozo en sudar.
-Sin embargo, ¿sabe? hay algo psicológico en este asunto. Cuando le llamamos la atención a alguien que suda se pone a sudar aún más.
-Tiene razón señora, y en este mismo momento siento como se me empapap el culo de sudor.
Agradecemos al señor y la señora la disposición sobre el sudor al tiempo que todo el mundo piensa: pobres blancos, aplastados por el trópico, boqueando como pez en la arena.