29.3.08
Jobseeker
Afuera un cielo gris y un frio que cala en los huesos pero hay buenos amigos con los que todo se hace mas ameno.
27.3.08
25.3.08
Out of Africa
DOS. Demasiadas cosas pasaron en las últimas 72 horas y voy a tratar de resumirlas para que tengan una idea de la situación en la que nos encontramos. El desierto de Ogaden es un tema bastante complejo para el gobierno de Etiopía. Demasiados conflictos con Somalia, resistencia de los habitantes del Ogaden contra el gobierno central de Addis, continuas denuncias de violación de los derechos humanos hechas por la ONU. Por todo esto, el gobierno en las ultimas 72 horas decidió expulsar todas las ONG presentes en el Ogaden. Las razones pueden llegar a ser múltiples, pero se destacan; demasiada gente moviéndose por terreno hostil, contactos con gente non grata para el gobierno, monitoreo de las fuerzas armadas y sus operaciones entre tantas otras. El viernes nuestro coordinador de terreno recibió una llamada explicando la situación, nos reunió a todos y nos resumió que en menos de 48 debíamos estar en la capital para cumplir ciertos requisitos impuestos por las autoridades. Durante la mañana del sábado organizamos en menos de dos horas el handover de las actividades del hospital al personal local, lo cual fue un verdadero caos , y desde el sábado por la tarde viajamos 48 horas para estar en la capital la noche del domingo. Más allá de la sensación de impotencia que me invadió y toda esa bronca, las cosas quedaron más o menos ordenadas, el viaje cruzando casi media Etiopía y escuchar los discos de Elliot Smith fueron todavía mejor. Atravesamos el Ogaden, luego la sabana, montañas, pasamos por la milenaria ciudad de Harar, ciudad amurallada, sagrada para los musulmanes que está casi a la altura de Medina o la Meca, una ciudad con idioma propio, con mercados increíbles, caravanas de camellos, hienas en las cercanías de los mercados esperando los restos de basura del día. Dicen que es una ciudad en la que no entró ningún occidental hasta finales del siglo XIX. Rimbaud vivió una temporada en Harar traficando marfil, café y esclavos. Después ya entramos en las tierras altas, donde a los costados del camino se veían jóvenes pastoreando sus vacas o cabras, sólo cubiertos con túnicas y al hombro la AK 47 con la que se matan a tiros con las tribus vecinas por un poco de pasto. Un viaje increíble a través del tiempo pero con tanta miseria como nunca vi, la verdad, desconozco qué puede estar peor que este país, seguro esta Níger, Burkina Faso o Malí pero no muchos más.
TRES. Hoy tuvimos una serie de reuniones con las autoridades y ya hay algunas cosas claras. Nos quieren afuera. Gran parte del equipo tiene que estar fuera del país antes que termine la semana, otros se pueden quedar pero exigen una lista de requisitos que cumplirlos puede llegar a tardar meses. Mañana seguimos y para el fin de semana ya tendré algunas cosas mas claras, volvemos a Ogaden a cerrar propiamente la misión, nos mandan a otro país africano en stand by, volvemos a Europa o directamente vuelvo a casa.
20.3.08
Debate
Etiopía es un país con numerosas singularidades que lo diferencian de los demás países africanos en los que estuve. Fue el país de uno de los mayores reinos de la antigüedad, el reino de Axum, es el único país africano con alfabeto propio. Fue aquí donde vivió el mayor número de judíos de población negra del mundo, es uno de los primeros estados cristianos del mundo, está formado por una sociedad multiétnica con 82 lenguas y mas de 200 dialectos.Es la tierra prometida del movimiento rastafari, que incluso adoptó los colores de la bandera nacional. Es un país que tiene un calendario propio con trece meses y un sistema horario que toma como referencia la salida y la puesta del sol.
Por todo esto, Etiopía es un país sumamente complejo que, detrás de la realidad de la pobreza extrema, me parece que esconde otra realidad, la realidad de un país con un patrimonio cultural, histórico y económico increíble.
DOS. El equipo que se encuentra en Ogaden esta formado por un equipo administrativo y logístico y el resto somos equipo médico, de los cuales una parte trabajamos en el hospital de Degehabur y otra se dedica fundamentalmente a las clínicas móviles, es decir, que varias veces a la semana parte del equipo ser traslada a poblaciones muy pequeñas de la periferia de Degehabur brindando asistencia sanitaria básica. Los programas desarrollados por la organización para la cual trabajo son básicamente un interesante programa de nutrición para niños y apoyo con personal y materiales a determinadas servicios del hospital.
TRES. Creo que ya tiene un año el reporte de la ONU denunciando una crisis humanitaria en el Ogaden producto del conflicto entre el gobierno central en Addis Ababa y las facciones rebeldes en el Ogaden que afectaron mayoritariamente a la población musulmana de origen somalí que habita en este lugar. Producto de este reporte numerosas organizaciones acudieron a este lugar para tratar de paliar el sufrimiento de la población producto de este conflicto, pero debido a las numerosas trabas burocráticas impuestas por el gobierno central, recién se llegó al lugar de los hechos casi seis meses después de lo previsto. Hoy, diez días después de empezar mi trabajo en el hospital de Degehabur, el ritmo de trabajo demuestra que no se está frente a tal crisis humanitaria, pero si se está frente a los problemas crónicos producto de una pobreza estructural tales como el número de malnutridos, los analfabetos, la violencia familiar. Pobreza no sólo es falta de comida o llegar a la sala de emergencia en burro o en camello , sino las terribles condiciones en que se vive, la frustración cotidiana, el miserable trozo de plástico encima de la cabeza cada noche, lo triste del entorno, la falta de oportunidades y sobre todo de perspectiva.
CUATRO. El debate ahora pasa por la viabilidad del proyecto, si es cierto que no estamos frente a una crisis humanitaria ¿es justificada nuestra presencia en el Ogaden?
Relacionando esta experiencia con mis anteriores trabajos (Uganda con un conflicto de 20 años de duración y mas de un millón y medio de desplazados y Liberia con un estado de post-guerra civil y un sistema sanitario totalmente colapsado) el contexto de Ogaden dista de ser una gran crisis humanitaria. Esto es lo que me lleva a una reflexión más profunda acerca de la verdadera independencia a la hora de decidir una intervención, la cual no este supeditada a las plataformas internacionales de ayuda. Creo que ese el debate que planteamos con el equipo en este momento.
16.3.08
Contrastes
Desde hace diez días estoy en Etiopía y por supuesto que este lugar es un viaje a lo inesperado y mi trabajo en el hospital de Dhagaxbuur depara continuas sorpresas al visitante. Los contrastes están servidos y son muchos. Algo que queda claro desde el principio es que los somalíes que habitan en el Ogaden no aceptan la ocupación etiope de su país desde hace más de un siglo, por otro lado los etíopes no consideran ni consideraran jamás a los somalíes como ciudadanos etíopes. Todos estos contrastes hacen que desde hace más de un siglo haya una gran resistencia de los somalíes que habitan en el Ogaden y ese grado de resistencia, por lo que llego a comprender, va variando según el tiempo, las circunstancias regionales y internacionales. Los sucesivos gobiernos etíopes han desarrollado grandes campañas militares para combatir la insurgencia en el Ogaden y esto ha causado estragos en la población.
En el Ogaden hay petróleo, hay refinerías chinas, hay insurgencia, hay niños soldados, hay numerosos militares, hay paramilitares, hay poca agua y la que hay se vende, hay hambre, hay camellos flacos, hay muchos burócratas, hay algunas ONG con buenas intenciones pero muy omnipotentes y todo esto combinado puede llegar a ser inaceptable.
15 de marzo del 2008
11.3.08
Convicción
Recorro con la mirada el largo pasillo del hospital de Degehabur, veo la gente esperando la consulta; todos son somalíes, lo cual no tiene nada de extraño ya que durante la mayor parte de su historia el Ogaden nunca perteneció a Etiopía sino que sus habitantes fueron y son de la etnia somalí, musulmanes, gente orgullosa, guerrera que por su cultura, lenguaje y organización sociocultural siempre formaron parte de lo que se conoce como Somali Galdbeed que quiere decir Somalia Occidental. Recuerdo que hice pasar los primeros pacientes, muchos de los cuales caminan horas para llegar al hospital y llama la atención que tienen la piel de la nariz tensa y los labios agrietados, rostros casi irreconocibles. Lo que predomina en el hospital son la tuberculosis, las neumonías y principalmente la desnutrición.
Otra vez tengo esa sensación de ver a gente que se levanta con la firme convicción de persistir, de dar batalla a la muerte y tratar de no perder esa dudosa gracia de seguir vivo. Ellos de pie, en un terreno baldío del mundo, ellos, no yo.
10 de marzo del 2008.
10.3.08
Ogaden.
Creo que mi viaje comenzó en mi departamento en Buenos Aires el día que acepté el trabajo que me ofrecieron desde Barcelona y sigue aquí, en Daghaxbuur, en el desierto de Ogaden, en este pueblo ubicado en el extremo este de Etiopía. Hace una semana que estoy aquí en medio de un desierto que se extiende por innumerables kilómetros cuadrados desde Djibuti pasando por Kenia y terminado en Somalia y este desierto parece recordar todo lo que ha pasado, que recuerda y que seguro termina destruyendo todo lo que pasa.
Desconozco si el desierto de Ogaden me marcará o tendrá algún secreto acerca de lo que el destino ha escogido para mí pero es raro que alguien busque algo en un desierto. Uno quiere ver árboles, mar, inmensos bosques o hasta una pequeña casita sobre un lago con un marco majestuoso de montañas. Comprendo que hay gente que pueda desarrollar una vida en un lugar árido, casi sin vegetación ni vida animal, pero esto es una simple compresión intelectual, es algo que mis entrañas no logran comprender o simplemente el prejuicio contra los desiertos en general esta muy arraigado en mí.
De algo estoy seguro; un desierto da mucho miedo, que encuentra alguien de atractivo en un sitio aislado? Nada, solo soledad y una violenta introspección que nos refleja un lugar desprovisto de todo o tal vez una verdad acerca de uno mismo que no puede revelarse en otro sitio que bajo un sol despiadado y brutal. O mejor aún un desierto de miedo por una simple razón: no hay lugar donde esconderse.
El desierto, un lugar de muerte y duras pruebas, un lugar que pienso, se debería evitar.
No exagero.