20.3.08

Debate

UNO. Diez días en Etiopía.
Etiopía es un país con numerosas singularidades que lo diferencian de los demás países africanos en los que estuve. Fue el país de uno de los mayores reinos de la antigüedad, el reino de Axum, es el único país africano con alfabeto propio. Fue aquí donde vivió el mayor número de judíos de población negra del mundo, es uno de los primeros estados cristianos del mundo, está formado por una sociedad multiétnica con 82 lenguas y mas de 200 dialectos.Es la tierra prometida del movimiento rastafari, que incluso adoptó los colores de la bandera nacional. Es un país que tiene un calendario propio con trece meses y un sistema horario que toma como referencia la salida y la puesta del sol.
Por todo esto, Etiopía es un país sumamente complejo que, detrás de la realidad de la pobreza extrema, me parece que esconde otra realidad, la realidad de un país con un patrimonio cultural, histórico y económico increíble.

DOS. El equipo que se encuentra en Ogaden esta formado por un equipo administrativo y logístico y el resto somos equipo médico, de los cuales una parte trabajamos en el hospital de Degehabur y otra se dedica fundamentalmente a las clínicas móviles, es decir, que varias veces a la semana parte del equipo ser traslada a poblaciones muy pequeñas de la periferia de Degehabur brindando asistencia sanitaria básica. Los programas desarrollados por la organización para la cual trabajo son básicamente un interesante programa de nutrición para niños y apoyo con personal y materiales a determinadas servicios del hospital.

TRES. Creo que ya tiene un año el reporte de la ONU denunciando una crisis humanitaria en el Ogaden producto del conflicto entre el gobierno central en Addis Ababa y las facciones rebeldes en el Ogaden que afectaron mayoritariamente a la población musulmana de origen somalí que habita en este lugar. Producto de este reporte numerosas organizaciones acudieron a este lugar para tratar de paliar el sufrimiento de la población producto de este conflicto, pero debido a las numerosas trabas burocráticas impuestas por el gobierno central, recién se llegó al lugar de los hechos casi seis meses después de lo previsto. Hoy, diez días después de empezar mi trabajo en el hospital de Degehabur, el ritmo de trabajo demuestra que no se está frente a tal crisis humanitaria, pero si se está frente a los problemas crónicos producto de una pobreza estructural tales como el número de malnutridos, los analfabetos, la violencia familiar. Pobreza no sólo es falta de comida o llegar a la sala de emergencia en burro o en camello , sino las terribles condiciones en que se vive, la frustración cotidiana, el miserable trozo de plástico encima de la cabeza cada noche, lo triste del entorno, la falta de oportunidades y sobre todo de perspectiva.

CUATRO. El debate ahora pasa por la viabilidad del proyecto, si es cierto que no estamos frente a una crisis humanitaria ¿es justificada nuestra presencia en el Ogaden?
Relacionando esta experiencia con mis anteriores trabajos (Uganda con un conflicto de 20 años de duración y mas de un millón y medio de desplazados y Liberia con un estado de post-guerra civil y un sistema sanitario totalmente colapsado) el contexto de Ogaden dista de ser una gran crisis humanitaria. Esto es lo que me lleva a una reflexión más profunda acerca de la verdadera independencia a la hora de decidir una intervención, la cual no este supeditada a las plataformas internacionales de ayuda. Creo que ese el debate que planteamos con el equipo en este momento.