25.1.10
La mano de Dios
24.1.10
Domingo por la noche
Joaquín Giannuzzi
El domingo está desierto. La calle se alarga sin finalidad precisa.
Detrás de las paredes la vida parece haber agotado su última oportunidad.
Llamo al azar en algunas puertas y nadie acude.
La población entera ha abandonado el planeta en automóvil.
La historia ha concluído aquí. Las empresas humanas han hecho el ridículo.
¿A quién llamar por teléfono? ¿Por quién morir?
¿A quién apelar con esta mentira?
Si este simulacro durara demasiado, recordaría
que una vez tuve un destino y hasta un entusiasmo
y que la razón de estar vivo estaba en los otros.
Y no quiero imaginar mi pánico
si buscando la prueba absoluta de este mundo vacío
encendiera la radio portátil
y me respondiera el silencio universal.
Si la llegada del hombre había sido un producto casual
su partida es una fuga que me excluye
para que deambule como un muerto
que sabe que está muerto en un domingo infinito.
*
(Señales de una causa personal, 1977)
20.1.10
Miercoles
DOS. A pesar de estar en metido en el medio de un brote de cólera, comenzando un gigantesco proyecto en Kampong Cham donde si todo sale bien los pacientes tuberculosos se contaran por miles, entrando una vez por semana en las celdas de la prisión mas grande de Camboya donde realizamos trabajos de atención primaria de la salud estuve toda la semana con la cabeza y las ganas de estar en otro lado. Tenia ganas de estar en Haití y conectarme con esa gente.
TRES. Pero no estoy en Haití sino en Phmon Penh, una ciudad maravillosa coronada por el río Mekong y el Tonle Bassac en la cual lamentablemente con las primeras lluvias se empezaron a notificar casos de cólera. Tratando de rastrear los casos el fin de semana pasado fuimos hasta un pequeño poblado en las afueras de Phmon Penh llamado Koh Thom, donde hay declarados mas de 30 casos. Visitamos la pagoda donde un grupo de voluntarios estaba realizando actividades de prevención y en donde nos contaron que las napas están contaminadas con arsénico por lo que no ha mas remedio que utilizar las aguas del río para las necesidades cotidianas.
Visitamos algunas familias en sus casas, las casas khmer son muy interesantes ya que las construyen sobre pilares de dos metros de altura, generalmente de madera y con el piso de canas de bambú. Debajo de la casa se encuentran uno o dos búfalos de agua o vacas que se utilizan en los trabajos para preparar la tierra en la época de siembra del arroz. Las casas no tienen baño o letrinas sino que todo el mundo va a los alrededores y quizás lo más llamativo de todo sean las fuertes creencias de la comunidad tratando de combatir el cólera encendiendo hogueras durante las noches frente a las casas o construyendo espantapájaros armados con espadas de bambú.
CUATRO. Puede ser un terremoto o un brote de cólera, pero la realidad cotidiana nos demuestra que estamos abandonados en un Universo físico e implacable y para tratar de figurarnos otra realidad y ocultar esa verdad que hiela la sangre creamos las religiones, los cómics de superheroes y la fábula de Jesús y que solo tendrán mas posibilidades de sobrevivir los que se mimetizen con la crueldad de la naturaleza, los que saben que para triunfar siempre tiene que sangrar algún culo y que básicamente es imposible vivir, permanecer o mutar sin que mueran millones en el camino.
18.1.10
Perdida
Tal vez sea una pequeña metáfora que me esta diciendo que siempre hay que perder algo para ganar algo.
Si, estas de vuelta de las vacaciones.
14.1.10
Haiti
Tal vez hoy muchas personas se den cuanta que Haiti ya estaba en ruinas mucho antes de este terremoto gracias a los déspotas, la corrupción de sus políticos, los fracasos, la deforestación, el analfabetismo y enfermedades olvidadas. Leo que en Haiti hay mas de 250.000 niños entregados por familias míseras a hogares menos míseros, en régimen de semiesclavitud y desamparo, lo que confirma que en Haiti todo puede ser peor de lo que parece a pesar de la constelación de ONG y los cuerpos de paz de la ONU.
Veo una vez mas los ojos de la mujer de la foto y ya no puede tratar de entender mas.
10.1.10
India (I)
Mi primera impresión de la India lamentablemente no fue el Gateway of India, el monumental arco, el sueno ingles de la India de principios del siglo XX que se eleva frente a las costas de Bombay que les dio la bienvenida a miles de viajeros que atravesaron los mares para desembarcar en las costas de un país inmenso poblado por millones infieles que adoran miles de dioses, algunos con aspecto de monos y hasta de elefantes. Mi llegada a la India fue menos literaria pero mucho mas real, con un empleado de la casa de cambio de divisas que me quería joder con las rupias y una caterva de taxistas y oportunistas ofreciéndonos hoteles y pensiones donde pasar la noche. Camino al hotel, al final nos decidimos por un taxi prepago; mas caro pero al que al menos no hace “sugerencias” hoteleras ni turísticas, tuve mi primera imagen de Delhi, una ciudad oscura, cubierta de niebla o smog y herida de muerte por la cantidad de gente y la pobreza donde numerosas personas dormían en las calles debajo de lonas o de los puentes de las autopistas.
La mañana siguiente al salir del hotel inmediatamente fuimos rodeados por una multitud de gente que nos vociferaba en ingles ofertándonos miles de cosas hasta que finalmente nos decidimos por conocer la parte vieja de la ciudad, el Old Delhi, la que fue seguramente una de las grandes ciudades de Oriente del pasado y la que representa la India islámica. El fuerte Rojo, con sus salas y sus jardines a la orilla del río Yamuna y su famosa Lahore gate, un potente símbolo de la India moderna ya que durante la lucha por la independencia la gran ambición de todos los nacionalistas indios fue ver flamear la bandera india sobre la puerta, una ambición que se convirtió en realidad recién en 1947. La gigantesca mezquita de Jama Masjid se encuentra también en la ciudad vieja y es la mezquita más grande la de la India en la que además se destaca por la fina arquitectura musulmana. Por veinte rupias te dejan subir al mirarete sur donde las vista de la ciudad son magnificas, especialmente los congestionados bazares y callejuelas de Chadni Chowk. Casi todos los grandes monumentos que valen la pena ver en Delhi pertenecen al Islam: el mausoleo del emperador Humayun, la mezquita, minaretes. La decadencia de los edificios, el gran número de habitantes, el ruido, los autos y el humo hacen de Delhi una ciudad fea, confrontativa y poco amigable de la que dan ganas de irte lo mas rápido posible.
En su libro de crónicas de viajes, llamado Following the Equator, Mark Twain menciona que básicamente hay dos tipos de personas, aquellas que vieron el Tah Mahal y aquellas que no lo vieron. Personalmente pienso que esta afirmación es bastante arbitraria y estupida pero creo que en cierta forma es una buena medida para entender el impacto que ese magnifico lugar causa en las personas que lo contemplan. A pesar de ser un mausoleo, como en otros tantos monumentos musulmanes, nada en este lugar recuerda a la muerte y por momentos uno piensa si el alma de esa persona tan amada verdaderamente se ha ido a otro mundo o si solamente se transformo en espejos de agua, grupos de árboles distribuidos perfectamente, hermosas flores o en esa fabulosa construcción de un mármol blanco que juega formando cubos, medias esferas y arcos. Nada asusta en la tumba de Mumtaz Mahal y todo da sensación de paz e infinito. Un lugar que ha durado siglos y que más que un lugar parece un poema formado por árboles, flores, fuentes de agua cristalina que reflejan el mundo y a su vez lo disipan, luz y tiempo. Con E. recordaremos por muchísimo tiempo esa madrugada fría de colores claros en el Taj Mahal en el que pasamos largos ratos sentados mirando, haciendo y pensando en nada. Un increíble momento que termino solo cuando la muchedumbre de gente que se junto a media mañana nos recordó que lamentablemente pertenecemos a este mundo horrible e injusto y que era hora de marcharnos de ese hermoso lugar. Me gustaría terminar citando un verso el gran poeta indio Rabrindanath Tagore que definió al Taj Mahal mejor y de forma mas simple que esta pequeña crónica tratando de recordar mi experiencia: “…A teardrop on the face of eternity…”
7.1.10
Jueves
-Leo que Obama firmo una resolución que permite entrar a las personas portadoras del virus del HIV a los EEUU, puede ser una señal de que quieren convertirse en un país civilizado.
-Mi casilla de outlook tarda 35 minutos para bajar 316 emails que llegaron durante mis vacaciones.
- Por la tarde visito el la cárcel con el supuesto brote de cólera, el cual finalmente fue confirmado y controlado por las autoridades. La prisión extrae agua con una bomba directamente del rio ubicada a unos pocos metros de los desagües de la misma prisión, básicamente toman lo que cagan.
- Pienso que es momento al menos de recortarme la barba.
- Empiezo a mejorar mi precario francés con los cursos online de la BBC, a fines de enero empiezo con la profesora.
- Vi algunas fotos del viaje y escribí algo para el blog, quizás lo cuelgue este fin de semana.
4.1.10
De vuelta
De vuelta en casa.
El domingo a la noche, justo en el momento en que E. abría la puerta de casa después de varias semanas en el camino recordé un breve dialogo descripto en una de las novelas de Vila Matas entre este y Marguerite Duras en que hacían referencia en cierta forma a la vuelta casa después de un cierto tiempo. Por supuesto que Duras cerraba magistralmente la charla diciendo algo así como "...nadie va demasiado lejos cuando conoce la felicidad de volver a su casa..."