20.1.10

Miercoles

UNO. 80 son los casos de cólera declarados por el Ministerio de Salud Camboya desde que comenzó el brote de la enfermedad a finales de diciembre. Los casos están distribuidos en las afueras de Phmon Penh y siguen el curso del rio Tonle Bassac hasta casi llegar a la frontera con Vietnam. El manejo de la información es extremadamente sensible por parte de las autoridades y por el momento solo estamos colaborando parcialmente con algo de soporte logístico y algo de saneamiento.

DOS. A pesar de estar en metido en el medio de un brote de cólera, comenzando un gigantesco proyecto en Kampong Cham donde si todo sale bien los pacientes tuberculosos se contaran por miles, entrando una vez por semana en las celdas de la prisión mas grande de Camboya donde realizamos trabajos de atención primaria de la salud estuve toda la semana con la cabeza y las ganas de estar en otro lado. Tenia ganas de estar en Haití y conectarme con esa gente.

TRES. Pero no estoy en Haití sino en Phmon Penh, una ciudad maravillosa coronada por el río Mekong y el Tonle Bassac en la cual lamentablemente con las primeras lluvias se empezaron a notificar casos de cólera. Tratando de rastrear los casos el fin de semana pasado fuimos hasta un pequeño poblado en las afueras de Phmon Penh llamado Koh Thom, donde hay declarados mas de 30 casos. Visitamos la pagoda donde un grupo de voluntarios estaba realizando actividades de prevención y en donde nos contaron que las napas están contaminadas con arsénico por lo que no ha mas remedio que utilizar las aguas del río para las necesidades cotidianas.


Visitamos algunas familias en sus casas, las casas khmer son muy interesantes ya que las construyen sobre pilares de dos metros de altura, generalmente de madera y con el piso de canas de bambú. Debajo de la casa se encuentran uno o dos búfalos de agua o vacas que se utilizan en los trabajos para preparar la tierra en la época de siembra del arroz. Las casas no tienen baño o letrinas sino que todo el mundo va a los alrededores y quizás lo más llamativo de todo sean las fuertes creencias de la comunidad tratando de combatir el cólera encendiendo hogueras durante las noches frente a las casas o construyendo espantapájaros armados con espadas de bambú.


CUATRO. Puede ser un terremoto o un brote de cólera, pero la realidad cotidiana nos demuestra que estamos abandonados en un Universo físico e implacable y para tratar de figurarnos otra realidad y ocultar esa verdad que hiela la sangre creamos las religiones, los cómics de superheroes y la fábula de Jesús y que solo tendrán mas posibilidades de sobrevivir los que se mimetizen con la crueldad de la naturaleza, los que saben que para triunfar siempre tiene que sangrar algún culo y que básicamente es imposible vivir, permanecer o mutar sin que mueran millones en el camino.