“¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto, al cerrar las
páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta
me llenen de terror y de soledad? ¿Cómo pueden tocarme estas fantasías, y
de una manera tan íntima?” Así, impactado, perplejo, escribía Jorge
Luis Borges el prólogo a la edición argentina de Crónicas marcianas,
libro que leyó en los últimos días del otoño de 1954, apenas cuatro años
después de la publicación original. Y su pregunta apunta al centro del
misterio de la literatura de Ray Bradbury: por qué sus historias
sencillas, clásicas, de enorme belleza lírica, producen revelaciones,
provocan vívidos desasosiegos, reviven terrores atávicos y deliciosos,
urgen, también, a contar. No hay escritor cuyo impacto, especialmente en
la adolescencia, pueda compararse al que produce Ray Bradbury.”
Ray Bradbury X Martinez en Radar