Contexto de situación:
La administración de la Organización para la cual usted trabaja cometió un error y usted en vez de tener una visa valida para múltiples entradas para la República de Costa de Marfil tiene solo una válida por una sola entrada (que por cierto usted ya utilizó en su viaje de ida a Senegal, por lo tanto esa pequeña página del pasaporte tiene su sello de entrada y salida). Usted, como todos los mortales, mientras esperaba el despegue del avión hojeaba su pasaporte, se percató del error y trató de solucionarlo durante su semana de vacaciones en Dakar, pero teniendo en cuenta ciertas barreras idiomáticas, culturales y de otros tipos su cita programada en la Embajada de Costa de Marfil en Dakar para solicitar la visa el día 7 de agosto fue imposible de realizar (y por ende la visa) debido a que el empleado que le dio la cita para ese día, seguro era senegalés y no marfileño y se olvido que ese día es la Independencia de Costa de Marfil y nadie trabaja un feriado nacional en ningún lugar del mundo, lástima que usted se percató de del aniversario del grito de liberación de los marfileños ese mismo día leyendo una pequeña notita pegada en la puerta de la embajada . Su vuelo estaba programado para el día siguiente por la madrugada por lo que resignado a no conseguir una visa usted decide subirse al avión y enfrentar las consecuencias que le deparará tratar de entrar a un país (aunque sea africano) sin la visa correspondiente.
A continuación fragmentos de la conversación entre el policía aduanero y el que suscribe ( dialogo que transcurre en francés, idioma que usted no tiene la más puta idea)
-¿Argentino? ¿ A que viene a Costa de Marfil? El guardia es grande y, sobre su insignia de la policía de Costa de Marfil, lleva una cara de muy pocos amigos. Sin embargo, la respuesta a esa pregunta es fácil. Para evitar complicaciones, siempre digo lo mismo:
-Tránsito.
-¿Conoce a alguien aquí?
-No.
-¿Y cuánto tiempo se va a queda? –me dice él.
- Un día- respondo todavía con la esperanza que no haya notado el error de la visa
- ¿Sabe usted que su visa no es válida?
- Bueno sí, creo que hubo un error en la Embajada en Monrovia al momento de la solicitud de la visa- respondo intranquilo mientras una gota de sudor se derrama por mi mejilla.
-¿Usted esta insinuando que en la embajada cometieron un error?- pregunta mientras le van cambiando las facciones de la cara
-No, no quise decir eso, perdón, creo que debe haber habido algún malentendido producto de alguna dificultad idiomática...
-¿A qué se dedica usted?
-Soy Médico.-Dado el comienzo que hemos tenido, le trato de explicar que trabajo para una Organización Humanitaria que se dedica a víctimas en catástrofes, guerras y desastres naturales. Pero él no parece convencido.
-¿O sea usted viene a trabajar? ¿ Tiene visa de trabajo? – mientras agrega- Ustedes son los peores, llegan a un país, hacen lo que quieren y se van sin dejar proyectos ni soluciones a largo plazo...
-Eh... - estoy a punto de llorar y quiero pedir perdón por venir a este tipo de contexto, yo también creo que las organizaciones Humanitarias mas que ayudar crean dependencia...
-Abra su mochila, por favor. Lo primero que encuentra en mi equipaje es una agenda de trabajo que incluye datos de mi trabajo en Liberia junto a algunos libros de Kapuscinski. Me mira acusador, como diciendo que carajo estas haciendo en Libera y si vos turro no te dedicarás al trafico de oro y diamantes. Decido explicarme.
-Estoy trabajando en Liberia por un período de 6 meses en un hospital en Monrovia, estuve de vacaciones en Senegal por una semana...
-Vos crees que en seis meses vas a cambiar algo nene, y además tenés vacaciones...esto es una joda- replica con un mayor tono de voz.
-Sí. Es decir… no.- Respondo al momento que el continua requisando el equipaje y yo recuerdo que transgredí normas internacionales aeronáuticas post 11 de septiembre ya que en la mochila tengo un pote del bronceador “Rayito de Sol” con más de 150 cm cúbicos provisto por mi madre para afrontar el exuberante sol tropical que logré salvar de la aduana de Liberia y Senegal...Temo que me deporten por trafico ilegal de bronceadores o por pensar que trato de cometer un atentado terrorista con el Rayito de Sol...
Nunca había notado que mi vida era tan sospechosa. Él llama por radio a una mujer. Ella tampoco sonríe. Sólo me pide mi pasaporte y se lo lleva a chequear en un mostrador vecino.
Su radio suena. Otra gota de sudor baja por mi mejilla.
Quiero extender las manos, que me esposen y me metan preso. Sé que lo merezco. Pero de repente, la señora del pasaporte regresa y me lo devuelve. Le dice algo al guardia, que cierra mi mochila y me la entrega, y me dice:
-Le vamos a retener su pasaporte hasta mañana en el horario del vuelo, momento en que deberá recogerlo con alguna persona de la aerolínea.-Luego se va, pero ahora yo estoy alerta: sé que me han colocado un rastreador en la mochila, y que están esperando que me vaya al hotel y me ponga el Rayito de Sol para que los Swat marfileños rompan la puerta y me arresten con las manos en la bronceador. Quizá deba arrojar el Rayito de Sol por el inodoro antes de que entren. Quizás es un complot por la eliminación de su país del ultimo campeonato mundial de fútbol o porque los periodistas deportivos argentinos son tan chauvinistas que creen que pueden comparar a Crespo con Drogba.
Quizá deba huir.
En cualquier caso, no me atraparán vivo.
12.8.07
Médico con Problemas de Fronteras
Etiquetas:
africa,
Costa de Marfil,
Fútbol,
Senegal,
un blanquito en africa