El 2008 se va. Falta poco, muy poquito para que se vaya.
Hago algunos balances y pienso. Cosas buenas y algunas malas. Muchos cambios.
Pienso en mi familia y mis amigos, imposible no sentir felicidad pero duele, como un dolor sordo, hueco, el no compartir espacios y momentos de los que me gustaría formar parte. Pienso en ella, que aparece en todas mis noches y la aventura que se inicia.
Pienso en mi trabajo. Se que tipo de médico no quiero ser pero tengo algunas dudas de que tipo de médico quiero ser y de que lado quiero estar.
Pienso en las muertes innecesarias que me rodean y se desvanecen como una tarde de otoño. Duelen pero quizás como decía Heidegger, todos morimos día a día un poquito: vivir es estar muriendo. Una linda forma de pensar para encarar cada día.
Pienso en la falta de coherencia y la estupidez que nos rodea. Trato de comprender pero no puedo evitar sentir náuseas.
Pienso en mi abuela, lúcida, que esta y también en los que no están o están de otro modo.
Pienso.