16.11.10

El don de la muerte



 E. F., In memorian

El domingo murió el querido E. F., ultimo exponente de una gran dinastía criolla, y su muerte disparo varios pensamientos. A veces la medicina moderna crea expectativas de una salud perfecta y de una gran longevidad y muchos se entusiasman y esto nos lleva a imponernos actividades y limitaciones, que en cierta forma nos permitirán tener una larga y buena vida.


A pesar de todo esto, la muerte sigue siendo el final inexorable de la vida, y sobretodo el cancer muchas veces nos demuestra lo mucho que tiene de azar, de incertidumbre e injusticia la condición humana. Muchas veces cuando estoy frente a situaciones como esta pienso que la muerte nos obliga a ocuparnos un poco más de las cosas importantes o esenciales para cada uno de nosotros.

Muchos libros de cuidados paliativos hablan de que muchos tenemos la convicción de que una muerte repentina es una mejor muerte y practicamente dejan sin chances todas las ventajas de una enfermedad terminal, si,  aunque sea una mierda tener una enfermedad terminal tiene algunas ventajas tales como poder dejar los asuntos personales en orden, compartir y revivir recuerdos, planificar su propio velorio y asuntos legales, despedirse, perdonar y ser perdonado y aclarar todo lo que debe ser aclarado.

En "Si esto es un hombre" Primo Levi describe con absoluta claridad uno de los grandes dones de la muerte: puede limitar nuestras alegrías, pero tambien pone limite a nuestros padecimientos