El trópico, antes que nada, huele.
Mozambique en invierno no huele y a la salida del aeropuerto cuando bajas la ventanilla del coche no te asaltan los olores a transpiracion humana, a mierda, algo de fruta podrida impregnada en el ambiente, alguna especie de algun vendedor ambulante o aguas servidas al costado del camino. Mozambique, al menos la primera impresion es que no huele, o al menos no huele tanto.
Con su arquitectura de estilo mediterranea en muchos de sus edificios publicos de herencia portuguesa, la costanera y sus clubes nauticos, sus avenidas amplias comandadas por esplendidos jacarandas, platanos y palmeras Maputo impresiona ser una ciudad africana bastante atractiva y fuera de lo comun.
Mozambique esta cambiando segun los indicadores economicos, o al menos Maputo esta cambiando pero hay que desconfiar, casi siempre, de las primeras vistas. El cambio tal vez sea asunto de unos pocos, de los pocos que viven en la ciudad capital. Seguramente para el resto la vida debe seguir siendo terriblemente parecida a lo de siempre. Digo, a lo que contamos en este blog cada vez que nos damos una vuelta por este continente.