29.8.08
Kissa
Mientras escribo algunos reportes que nadie va a leer, se abrió la puerta y entro Kissa. Pequeño, pequeñito, malnutrido y a pesar que los papeles dicen 11 años yo veo un cuerpito de siete u ocho años. Apenas habla. Vino solo, Kissa es huérfano pero esta muy contento viviendo con sus tíos. Kissa toma los antiretrovirales contra el virus HIV a las siete de la mañana y a las siete de la tarde desde hace tres años. Ya cumplió dos tratamientos completos contra la tuberculosis. Durante algún momento de la consulta esperé algunas expresiones o algún gesto como diciendo ¿Qué hice yo para merecer esto? ¿Qué hice yo para estar acá? pero esto nunca llegó. Kissa fue lo más tierno que he visto en mucho tiempo. Despues de que se fue me quede pensando que a veces pierdo la fe en la naturaleza humana demasiado rápido y bastante seguido, las dudas me acechan pero personitas como Kissa tal vez hagan que algunas cosas valgan la pena. A veces me gustaría que fuera Dios quien me devuelva algo de fe o confianza pero a ustedes no les puede mentir. Decidimos dosar sus niveles de linfocitos CD4 y su carga viral ya que demasiadas complicaciones pueden ocultar una falla en el tratamiento antiretroviral. Solo espero volver a verlo pronto.
26.8.08
Comienzo
24.8.08
Otro domingo
Hoy vi un perro muy flaco, una pelicula mala y termine de leer "Viaje al fin de la noche" de Celine. Brutal, cruel, misantropo. Tambien revise algunas fotos de un amigo que esta semana se va. Sin comentarios. Las cosas en Kapiri M'poshi son como son.
23.8.08
Verde
19.8.08
Martes
Tratare simplemente de describir los hechos.
Atravesé la puerta de la sala femenina, como casi siempre, no demasiado seguro de lo que iba a hacer o decir, cuando vi esos ojos negros sumisos. Me acerque a su cama, ella trataba de tranquilizar a su hijo que lloraba. La mujer hablaba un idioma que no comprendía, no parecía bemba y buscamos alguien que traduzca. Ella preguntó si se iba a morir pronto o algo parecido y yo respondí con frases hechas, lugares comunes y algunas estupideces acerca del tratamiento de la tuberculosis. La observé detenidamente y por momentos creí que era de ese tipo de pacientes que llevan la agonía de una forma muy lúcida, ese periodo de tiempo durante el cual es casi imposible entender otra cosa que verdades absolutas que se mantendrán en el tiempo. No se dejaba engañar.
La tuberculosis en los trópicos apenas te da tiempo de ver y conocer a tus pacientes, todo desaparece violentamente, pacientes, bacilos, días, cosas, calor, mosquitos. Todo se va y es verdaderamente repugnante. Me dio pena, pena de verdad, por el hijo que deja, por ella, por mí, por todos los que leen este blog, por todos los hombres. Para moverme al siguiente paciente creó que puse mi mejor cara, un carácter gélido y también algo de locura aunque tal vez esta sea la única forma que tenga de defenderme. Pensé en Ferdinand Barmadu, el personaje de la novela de Celine, cuando reflexionaba en una de sus tantas fiebres palúdicas que tal vez lo único que buscamos a lo largo de nuestras vidas sea eso, la mayor pena posible para poder llegar a ser uno mismo antes de morir.
18.8.08
Lunes
De vez en cuando existen determinados incidentes, la gran mayoría de ellos intrascendentes que hacen que nuestro espíritu se enturbie, se colme. Uno de estos incidentes fue la falta de conexión a Internet durante toda la semana y verdaderamente funciono como catalizador de numerosos procesos, y especialmente uno de los cuales mas temo, la introspección. No vale la pena que les enumere los acontecimientos de la semana ni el conato de drama que represento la falta de conexión a la red durante toda la semana ya que comparando con la problemática que me rodea mis problemas se diluyen como azúcar en el te, hasta el punto que todo se pierde y casi ni sabor queda.
11.8.08
Quisiera
-Quisiera ser gourmet, pero me falta dinero y me sobra abdomen.
-Quisiera ser escritor, pero me falta muchisimo talento y sobran los competidores.
-Quisiera ser mejor jugador de futbol, o al menos hacer 20 jueguitos seguidos pero nuevamente me falta talento y tambien sobran competidores.
-Quisiera tener algo mas de dinero en la cuenta del banco, pero me falta asutucia y me sobra lirismo.
-Quisiera ser acuario, pero nunca podra ser ya que naci en agosto.
-Quisiera escribir algo mas o menos ingenioso, pero son las siete de la tarde de un lunes que fue por demas complicado y no sale nada. Asi los quisiera. Asi las cosas.
9.8.08
31
Miro las agujas del reloj correr, pienso que dentro de unos minutos cumpliré 31 años. Pienso que sobrelleve bastante bien estos 31 años y que al fin y al cabo no hice otra cosa que divagar sobre la felicidad, el optimismo, la gente que uno quiere y que no es muy distinto a lo que hacen otras personas que tuvieron la misma suerte que yo, la de ser elegido con privilegios, salud, seguridad, los que básicamente tenemos toda la vida por delante. Pienso también que 31 años es la expectativa de vida en Zambia. Es difícil hablar del porvenir por estas tierras, casi diría una ofensa, lo que vale solo es el presente. Todo lo que me rodea es extremo, todo es violento, tal vez después de vivir determinados tipos de experiencia uno podria determinar si el mundo que nos rodea merece nuestra compasión o nuestro desprecio. Tal vez después de unas cuantas reflexiones y en una decisión estrictamente personal uno podria entregarse a Dios, a la angustia o a alguna ideología. Mañana será seguramente un día de sol y esta planeada la fiesta mensual de los chicos en el hospital, prometo no pensar en Dostoievski ni en Iván Karamazov sino simplemente disfrutar de la sonrisa de los chiquitos que se sienten en la mesa, esa sonrisa como la cosa más pura y noble que conocemos. Asi los 31. Asi las cosas.
7.8.08
El amenazado
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus
mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche
intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la
sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el
horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo
5.8.08
Convergencia forzada
1.8.08
Viernes
Jueves
Nada extraordinario y sin embargo sin darnos cuenta vamos entremezclando rostros, diálogos y conversaciones sin final porque o no nos entendemos o simplemente no hay respuestas. Mucho de lo que sucede en Waya probablemente no tenga explicación o tal vez la tenga si uno encuentra al interlocutor válido. El día de trabajo transcurre apaciblemente, infecciones respiratorias, diarreas, una sospecha de tuberculosis y los pacientes enrolados en el programa de tratamiento de HIV en los cuales controlamos específicamente la forma en que están tomando la medicación y la posible presencia de efectos adversos de la misma.
Termina el día de trabajo y amablemente la enfermera que dirige el centro nos invita un suculento almuerzo que consiste en enshima, una especie de engrudo hecho con harina de maíz y agua que constituye la base de la alimentación de cualquier africano sub-sahariano acompañada de unos pequeños pescaditos secos fritos y algunos vegetales. Durante el almuerzo me enteró que la enfermera dejará su trabajo el mes entrante, ella cuenta que le va a ser difícil ya que lleva diecisiete años trabajando en Waya y le va a costar mucho encontrarse en su nuevo lugar. Me pregunto a mi mismo como se aguanta diecisiete años trabajando bajo un sol lacerante, casi en la frontera de la nada, sin apoyo, casi suspendido en el vacío.
Durante la vuelta a Kapiri M`poshi pienso que será de mi vida en diecisiete años.