1.8.08

Jueves

Un sol deslumbrante y multicolor, como si estuviera iluminando a través de un calidoscopio, parece ser el responsable de dar color a las cosas. Otra vez hay un árbol de mango al frente del centro de salud de Waya, pequeño caserío al oeste de Kapiri M`poshi que se encuentra rodeado por una gran ciénaga. Un grupo de personas esperan su turno en los pasillos del centro y a medida que paso entre ellos cruzamos miradas, impregnadas -lo percibo claramente- de cierta desconfianza. Cuando uno llega a determinado lugar a veces mira como sin derecho a hacerlo. Se ven muchas bicicletas y también un burro atado a un árbol.
Nada extraordinario y sin embargo sin darnos cuenta vamos entremezclando rostros, diálogos y conversaciones sin final porque o no nos entendemos o simplemente no hay respuestas. Mucho de lo que sucede en Waya probablemente no tenga explicación o tal vez la tenga si uno encuentra al interlocutor válido. El día de trabajo transcurre apaciblemente, infecciones respiratorias, diarreas, una sospecha de tuberculosis y los pacientes enrolados en el programa de tratamiento de HIV en los cuales controlamos específicamente la forma en que están tomando la medicación y la posible presencia de efectos adversos de la misma.
Termina el día de trabajo y amablemente la enfermera que dirige el centro nos invita un suculento almuerzo que consiste en enshima, una especie de engrudo hecho con harina de maíz y agua que constituye la base de la alimentación de cualquier africano sub-sahariano acompañada de unos pequeños pescaditos secos fritos y algunos vegetales. Durante el almuerzo me enteró que la enfermera dejará su trabajo el mes entrante, ella cuenta que le va a ser difícil ya que lleva diecisiete años trabajando en Waya y le va a costar mucho encontrarse en su nuevo lugar. Me pregunto a mi mismo como se aguanta diecisiete años trabajando bajo un sol lacerante, casi en la frontera de la nada, sin apoyo, casi suspendido en el vacío.

Durante la vuelta a Kapiri M`poshi pienso que será de mi vida en diecisiete años.