12.3.10

Entre los piratas

Anoche empece a leer las cronicas de Francois Ponchaud reunidas en el libro titulado Cambodia: Year Zero y como gran parte de los libros que lei este ano por aca es trucho, es basicamente una tapa medianamente pasable de un color rosaceo y el resto son simples fotocopias. En Phnom Penh como en el resto de las grandes ciudades del Sudeste de Asia todo es trucho. Esto me hizo recordar la divertida nota del escritor peruano Daniel Alarcon publicada en El pais hace unos dias titulada "La vida entre los piratas".

Vale la pena la nota completa...

Los libros nuevos en Perú -me refiero a los libros nuevos editados legalmente- suelen llevar una pegatina que dice COMPRE ORIGINAL, una de las pequeñas maneras que tiene la industria editorial de reaccionar ante la amenaza de los piratas. Sin embargo, la verdad es que, en Perú, que a uno lo pirateen es el equivalente a estar en una lista de best sellers. Un escritor conocido mío acaba todas sus lecturas públicas instando a los asistentes a "comprar mi libro antes de que lo pirateen". Cuando le pregunté por qué, confesó que, en realidad, todavía no le habían pirateado nunca, pero esperaba que pronto empezaran a hacerlo. El premiado novelista Alonso Cueto me contó una vez que el hombre que vende novelas pirateadas en su barrio le suministra, sin que él se lo pida, informes de ventas. Al principio le indignaba, pero ahora ha aprendido a tolerarlo. Menos tolerable es que ese mismo vendedor se sienta autorizado a ofrecer al escritor consejos sobre posibles temas que podrían tener más éxito comercial.
(...) La edición peruana autorizada de mi último libro de relatos se publicó a finales de julio del año pasado, con su pegatina azul de COMPRE ORIGINAL en la esquina superior derecha. Hice entrevistas y varias lecturas públicas; llegó y se fue la feria del libro, con su alboroto correspondiente; de pronto, estábamos en agosto, y todavía no me habían pirateado. Empecé a ponerme nervioso. Una preocupación que tenía mucho de vanidad, por supuesto, pero en esto de publicar la vanidad cuenta mucho, así que ¿por qué iba a ser este caso diferente? No pude evitarlo.