1.10.07

Lunes

UNO. Pasada la turbulencia de los comentarios durante la semana pasada y el fin de semana, esa rara calma llena de ruido, el lunes me sorprende. O me sorprendo: estoy contento, el día esta soleado, y tengo ganas de escribir, pero escribo sin pensar mucho o sin un plan concreto. Eso consiste en un movimiento de deditos que no requiere de un período reflexivo anterior al movimiento mismo. Este fin de semana pensé en Cortázar, pero también pensé en toda la gente que quiero y extraño. Pienso, ahora sí de manera reflexiva y profunda, que pensar a veces no es tan acertado como para vivir una vida buena. Pero lo hago pensando. Y luego pienso que no puedo hacer nada sin pensar, pero también pienso que existe una vida cotidiana llena de hechos que construyen mi día a día y que no necesariamente siempre los estoy pensándolos
DOS. Ahora escribo. Y escribo que ayer fuí a la Iglesia, muy humilde, pero llena de color y música pero también de mensajes contradictorios, los africanos son increíblemente religiosos, tienen una cosmovisión muy rica, que es muy interesante pero a la vez muy difícil de entender, tal vez la presencia de la muerte, tan cotidiana, hace que no todo quede suscripto a un único plano y todos tengan una espiritualidad muy fuerte.
TRES. Escribo también que mañana partiré hacia Saclepea, un pequeño pueblito en la frontera entre Liberia, Guinea y Costa de Marfil en donde la organización para la cual trabajo es responsable del Centro de salud y de la organización de clínicas móviles para los numerosos refugiados marfileños que habitan la zona. Tengo muchas ganas de hacer este viaje (piolaademásdeayudarhacesturismoyencimatepaganendólares), de volver a la jungla, como en Uganda, a esa sensación de practicamente convivir con lo población. Voy por unos días a cubrir la posición hasta el arribo del nuevo médico y evaluar la necesidad de iniciar una campaña de vacunación, ya que hay indicios suficientes de un probable brote de sarampión (otra vez diagnosticar sarampión en personas negras...alguien tiene un atlas de dermatología que le sobre?)
CUATRO. También ahora puedo escribir que no escribo y entonces todo lo que escribo sería falso. Tengo que dejar de escribir tantas estupideces y leer, como decía Borges "“Leer, por lo pronto, es una actividad posterior a la de escribir: más resignada, más civil, más intelectual” aunque esto por momentos me suena a reflexión interesante pero a veces como a chiste, ¿o será un poco de ambas?