10.12.12

La pérdida de un libro

Desde la última purga, sigo preguntándome si hice bien o no en desprenderme de la última novela, inconclusa, de Saer. La ausencia en mi biblioteca de un libro que no me gustó nada de un autor que en una época me gustó bastante pesa en mi alma. El desprendimiento fue efecto de la irritación, y creo que esa irritación se repetiría si por algún motivo volviera a comprar el libro e intentara releerlo, pero la ausencia de La casa no deja de emitir su equívoco sentido. Por qué uno deja de querer lo que alguna vez quiso. Vender un libro es como dejar a una mujer. El dolor de dejarla subsiste aun cuando uno haya aquilatado serenamente los motivos del abandono, aun cuando uno admita que la vuelta es imposible. Toda purga es una masacre sentimental.

Daniel Guebel en Perfil, el resto acá